Keybel Pérez Ardila, es un ejemplo de empuje, disciplina y liderazgo. Ella, quien además de ejecutiva, cumple con su rol de madre, ejemplifica la lucha de las mujeres en un ámbito liberal que aún privilegia a los hombres.
La sucursal de un importante banco ubicado en el barrio Belén de Medellín, simula un universo donde, pese al trabajo a veces monótono de sus empleados, jerarquías, personalidades, intereses y uno que otro problema del día a día crean variaciones del entorno.
La oficina, regida por un particular olor a café y a humedad, producto del aire acondicionado, donde el cuchicheo de unos, entremezclado con el ruido de las engrapadoras, los sellos y el tecleo de los computadores son el ambiente sonoro que acompaña a los ocho funcionarios que dan el todo por el todo para cumplir con las responsabilidades asignadas por la jefe, la gerente financiera Keybel Pérez Ardila.
Keybel sigue cada proceso con la rigurosidad que trae 34 años de experiencia: revisa cada uno de los procesos de forma minuciosa, evalúa la productividad, la rentabilidad, la calidad de la operación y el crecimiento a nivel personal de cada uno de los empleados del banco. Ella, quien reconoce que tiene en sus hombros el peso de su oficina, asegura:
“Yo creo que, para ser un buen líder, se debe conocer a su equipo. Conocer qué se espera de ti, conocer el principio de todo y hacia dónde vamos. Además, se debe tener empatía, y más en un sector tan competitivo como el financiero, esta es clave para incentivar a quienes están más abajo y luchan día a día para escalar de un puesto a otro con mayores recompensas y responsabilidades”.
Keybel Pérez Ardila
Así, dando día a día lo mejor de sí para mantener a su equipo direccionado hacia el logro de metas comunes, permite que cada uno alcance su máximo potencial.
El sector ejecutivo: su elección
En su trayectoria, Keybel ha rotado en diferentes puestos y ciudades donde el banco tiene presencia, teniendo la oportunidad de conocer el modus operandi de la empresa en la que trabaja.
“Desde los 18 años empecé a trabajar en las oficinas del banco. Siempre estuve agradecida de que me dieran la oportunidad, ya que yo estaba aún en la universidad y no muchas empresas te aceptaban de esa manera”, cuenta.
Como ella, muchas mujeres con cargos de liderazgo en Colombia ven atractiva la carrera ejecutiva y enfocan sus estudios en el sector administrativo y financiero.
“Siempre supe que quería desempeñarme en lo financiero, era una pasión y aún lo es. Sigo estudiando y aprendiendo diferentes áreas del sector. Debo aconsejar que, si una mujer quiere seguir esos pasos, es muy importante tener las metas claras de a dónde quiere llegar y lo que necesita para ello. En muchos casos, es más fácil tener más carga en el trabajo y poder estar más tiempo- si no se es mamá- o, si se es, se busca una red de apoyo en el hogar, como yo la tuve, para poder rendir en el trabajo. Casi siempre es uno como mujer quien tiene la carga de tener que estar pendiente de que todo en casa esté funcionando; es como si tuvieses dos cargos: uno remunerado y otro no”. Keybel Pérez Ardila
La maternidad: el cargo no remunerado
La maternidad en muchos ámbitos es alabada y considerada una de las mejores experiencias en la vida de la mujer. Sin embargo, cuando se trata del sector ejecutivo, ser mamá o pensar en serlo puede disminuir las posibilidades de ser contratada.
Según el Ministerio de Salud de Colombia la licencia de maternidad, en el país, es de 18 semanas, cuando antes era de 14. Es decir, aumentó el tiempo en el que una mujer puede estar en casa con su hijo y aún recibir su salario. Mientras que los hombres disponen de solo ocho días hábiles de licencia remunerada cuando nace su hijo.
Esto, en términos económicos, adiciona gastos que deben ser asumidos por la empresa. Ya que, mientras a la mujer se le tendría que pagar 4.5 meses de trabajo sin que ejerza el cargo, en caso de maternidad; al hombre solo 8 días y, por ende, este es más rentable.
Keybel es una de esas mujeres que ha asumido la maternidad sin renunciar a su vida laboral, logrando poner en sintonía la crianza de sus dos hijos con las dinámicas propias de ser una líder en el ámbito laboral, administrativo y financiero. Así, por el rol que ha asumido, indica con propiedad:
“Siempre la mujer va a ser discriminada por el hecho de ser mamá. A la sociedad le cuesta equilibrar los diferentes roles que desempeña una mujer”.
Keybel Pérez Ardila
Pero ¿cómo aportar a la disminución de esta brecha para las mujeres?
En el informe de la Consejería Presidencial para Equidad de la Mujer, Empoderamiento Económico de las mujeres en Colombia, escrito por Ángela M. Fonseca Galvis, se
indica que “una propuesta que podría contribuir a una distribución más equitativa entre hombres y mujeres es aumentar el número de días de licencia para los padres. Esta licencia, entre más se pareciera a la licencia de maternidad, podría además ayudar a que se disminuya la discriminación contra las mujeres en edad fértil por la percepción de que son empleadas más costosas”.
Quizás, con esta medida, historias como las que recuerda Keybel de su etapa de maternidad, estarían destinadas a desaparecer.
“En una ocasión, hace muchos años, nuestra jefe reunió a mi equipo. Acababa de volver una de las compañeras de su licencia de maternidad y, previamente a ella, fui yo. En un tono entre charla, y siendo muy enfática, nos dice los planes del año y nos recuerda cómo a ninguna se nos debe ocurrir embarazarnos de nuevo; que el único que podía tener hijos era mi compañero, porque al menos él no tendría que salir de licencia”.
Keybel Pérez Ardila
Con esto queda más que evidenciado que en este sector pese a que la mujer intente cumplir y ser buena en los roles que se ve obligada a ejercer, casi siempre caerá en la necesidad de autoselección (self-selection). Es decir, esta tendrá que seleccionar o evitar uno de sus cargos, debido a sus condiciones personales, aunque sea capaz de realizar las tareas que se esperan. En estos casos, las mujeres esquivan cargos y roles de mayor responsabilidad y tiempo en sus empresas, con el fin de encargarse de sus hijos, sus estudios, el hogar, sus padres o las diversas tareas que se cruzan en su camino.
Aun así, no todas las mujeres deciden abarcar poco para hacer mucho. Keybel, por ejemplo, es uno de esos casos que, pese a que debió estudiar y trabajar al tiempo, y después tuvo que trabajar y ser mamá, se sigue arriesgando, ahora siendo mamá de dos jóvenes, esposa y directiva de su empresa.
“A pesar de las diferencias y dificultades de género, he podido resaltar ante otros compañeros, porque soy una mujer integral y estoy permanentemente capacitándome. Soy ajustada a la legalidad y a la normativa y busco estar actualizada. Soy operativa, comercial, distribuyo el tiempo eficientemente y soy rápida analizando situaciones”, Precisa Keybel.
Una brecha que no cicatriza
A pesar de la concientización cultural que trata de equilibrar la imagen entre hombres y mujeres, es difícil cambiar la percepción que, por años, nuestra misma sociedad nos ha inculcado.
El informe Mujer y trabajo en Colombia, un panorama aún sombrío, de Coomeva, dice que, a la fecha de septiembre de 2014, la tasa de desempleo fue de 11.3 % para las mujeres y del 7 % para los hombres, según estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Planeación, DANE. Lo que significa que Colombia se encuentra dos puntos por encima de la tasa de Latinoamérica.
En la actualidad, el total de los empleos recuperados en 2021 frente al 2020, fue de 710.000 ocupados por hombres y 534.000 ocupados por mujeres. Mientras que, en 2021, los hombres ocuparon una tasa de desempleo de 10,6% y las mujeres de un 18,1%.
Estos datos demuestran que, para acabar con los prejuicios ya mencionados, cada vez son más las mujeres que se empeñan en visibilizar la necesidad de un cambio, en consecuencia, a la gran capacidad que hombres y mujeres tienen en el desempeño de sus tareas y obligaciones.
De esta forma, Keybel Pérez Ardila, siendo un ejemplo por su empuje, su disciplina, su pujanza y su trabajo, recomienda a las mujeres que siguen sus pasos:
“Deben estar siempre dispuestas a aprender. No piensen en los límites, pues los límites se superan cada día. Estudien y sean capaces de adaptarse a las necesidades tecnológicas. Sean flexibles en sus vidas y busquen siempre un balance entre el trabajo, la familia y lo personal. Solo así lograrán cumplir cada uno de sus sueños”.