Juana Botero: «Mi propósito está absolutamente conectado con mi vida profesional y eso es un privilegio»
Texto por Natalia Penagos, Gina Criollo, Juliana Alzate, Luiza Camargo Nicolini
La mujer, a través de la historia, ha ocupado un cargo importante dentro del hogar, pero no ha contado con el mismo protagonismo en cargos de dirección y espacios de liderazgo, ya que la mayoría de las mujeres se desempeñan en puestos de menor relevancia pública. Sin embargo, muchas de ellas hoy están haciendo hasta lo imposible para atravesar esa barrera que ha perdurado a lo largo del tiempo.
Es por esto que iniciativas que busquen abrir caminos, crear un ambiente idóneo y proporcionar redes de apoyo para la mujer, son algunas de las múltiples tareas que deben caracterizar a una buena líder. Además, de que sea constante y consciente del compromiso hacia la diversidad y la equidad. Como lo es el caso de Juana Botero, la mujer que está detrás de la creación del primer subsidio menstrual en Colombia, a quien tuvimos la oportunidad de conocer el pasado 7 de octubre de 2021, en la charla de Liderazgo Femenino de En Femenino, evento llevado a cabo en Eafit.
Botero es abogada de la Universidad Eafit, consultora en sostenibilidad, con más de 10 años de experiencia laboral en el sector público, privado y ONGs. Es Responsable Staff de Dirección en Comfama y fundadora de Mujer Silvestre, fundación que busca aportar al conocimiento del cuerpo y la menstruación entre mujeres. Bitácora la entrevistó para conocer su recorrido en el liderazgo femenino y generar un espacio para hablar sobre cómo entre mujeres se construyen oportunidades.
Para sintonizarnos un poco, cuéntenos, ¿cuál fue ese primer acercamiento que tuvo con el liderazgo a lo largo de su carrera?
Mi primer acercamiento al liderazgo femenino fue en el colegio, cuando creamos el primer equipo de fútbol femenino. En ese momento apenas estaba empezando a tomar fuerza el fútbol a nivel colegial. Las niñas no jugábamos. Y, empezamos a ir salón por salón creando este equipo de fútbol, no hubo intervención de profesores ni directivos; nosotras mismas creamos ese espacio, que luego nos posicionaría ante nuestros compañeros. En cuanto a mi carrera profesional pude liderar muy joven una fundación, se llama Soñar Despierto, tenía 16 años, ni siquiera me imaginé que fuera posible a esa edad.
¿Cuándo empezó su interés por la labor social?
Más o menos a los catorce años, participando en voluntariados. Tenía una curiosidad gigante por entender cuál era la razón de que algunas personas tuviéramos más privilegios y otras, simplemente por un asunto de nacimiento, se hallaran desfavorecidas. Digo que, de nacimiento, porque ninguno de nosotros eligió nacer en una familia de más o menos recursos. Yo creía que la única forma de ver lo social era la academia e ir más allá de ese primer entendimiento y desde la ayuda, que a decir verdad es una palabra que ya no me gusta, hoy lo entiendo más como “un asunto social”, es una razón que nos atraviesa todos los hilos de la vida, se teje en todas las relaciones cotidianas con las personas y recae más en la palabra servicio que en la palabra ayuda.
¿Cuándo y cómo empezó su autocrítica sobre el valor de la mujer y su papel dentro de la sociedad?
Nació desde el momento en el que generé una autocrítica hacia la sociedad y la cultura. Pero, en el ámbito laboral es más difícil identificar ese tipo de cosas, especialmente, si no se ha hecho uso de los lentes feministas, ya que estos asuntos patriarcales se han normalizado mucho en nuestro entorno. Estos lentes llegaron para permitirme identificar de una manera más sencilla y objetiva ciertas relaciones injustas entre hombres y mujeres, como el hecho de que algunos aspectos como la masculinidad en los hombres se entiende como fuerza y que en las mujeres fuera sinónimo de bravura. Desde ahí comencé mi pensamiento feminista, desde el cuerpo y la reflexión de la necesidad de un modelo a seguir.
¿Cómo diría que le aporta al desarrollo de la mujer contemporánea desde Comfama?
Desde Comfama puedo aportar al liderazgo, en primer lugar, poniendo en conversación este tipo de temas, como la fuerza femenina y masculina, que puede estar dentro de nosotras, cómo enfocar nuestras emociones en el ámbito laboral para transformar y no caer en el error de suprimirlas.
¿Y cómo lo hace desde Mujer Silvestre?
Así mismo, desde Mujer Silvestre buscamos eliminar esos tabúes para incorporarlos a la conversación cotidiana y permitir que cada mujer reconozca su valor.
¿De dónde nace la iniciativa Menstruación Consciente?
En Comfama creé “Mujer Silvestre”, un emprendimiento en el que me formé como educadora menstrual y gestioné círculos de conversación, círculos que en un principio ni siquiera estaban relacionados con mi cargo, pero que pudieron aportar desde otros espacios. En un inicio fueron juntanzas entre mujeres curiosas y decididas a enseñarse mutuamente, es así como en equipo desarrollamos unos talleres con niñas de 12 a 18 años, primero en Medellín, luego en Valparaíso, y más tarde escalamos estos experimentos con Comfama.
¿Alguna vez imaginó el gran papel que ocuparía en la ruptura de tabúes sobre temas femeninos y el impulso social de la menstruación consciente o diría que ya superó ese umbral en el que se había visualizado en algún momento?
No, nunca me imaginé que algo que nació de mi propio útero y corazón se fuera a volver la conversación nacional que hoy se está teniendo; no me lo imaginé, pero en este momento, de alguna forma, no me sorprende el poder que tenemos las mujeres cuando de forma decidida creemos en nosotras y en nuestras iniciativas.
Cuando se le presentó la oportunidad de crear el primer subsidio menstrual en Colombia, ¿cómo lo afrontó?
No fui solo yo, fuimos varias mujeres. Lo afrontamos con mucha emoción, pero tampoco es algo que nos llegó, es que nosotras lo gestamos y lo parimos. Entonces lo hemos afrontado con mucho respeto, emoción y transformación. Hemos tejido una red bien bonita dentro de Comfama gracias a esto. Además, reconocemos que, si hay mala información, tabúes o falsas creencias, no es porque nuestras madres o cuidadoras nos quisieron dar eso, honramos que hoy tenemos otras posibilidades para informarnos y educarnos.
¿Cuáles fueron los momentos más cruciales en el camino al empoderamiento femenino que hoy tiene?
Hay muchos retos en el tema de liderazgo en el empoderamiento femenino, pero el primero es seguir llevando estos temas a todos los escenarios. El segundo es empezar a transformar, por ejemplo, lo que nosotros entendemos por las relaciones o los vínculos de pareja, ahí es donde en el feminismo es más difícil hacer un salto cuántico, porque eso no es solo en relación con nosotras mismas, sino con otros, con otras y ahí todavía hay mucho que conversar.
¿En algún momento pensó en renunciar o en abandonar alguna iniciativa?
No, nunca he pensado en abandonar ninguna iniciativa. En mi camino profesional me ha tocado es priorizar, porque en cada cuadra hay una causa por la cual morir, entonces no hacerlo ha sido más difícil que cualquier cosa. Más que renunciar, pienso que estamos muy cansadas, porque hay que poner el foco y la atención en nuestro autocuidado. Si no nos cuidamos a nosotras, tampoco vamos a poder hacer cosas por el resto de la sociedad.
¿Considera que tiene un balance entre su vida personal y laboral?
No siempre me he puesto en el primer lugar en este balance de la vida personal y profesional, porque no veo como una línea absolutamente grande entre lo personal y lo laboral, lo que hago profesionalmente es personalmente mi sueño también. Mi propósito está absolutamente conectado con mi vida profesional y eso es un privilegio.
Desde su puesto en el gabinete municipal del ex alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, como secretaria de la Juventud, ¿cómo aportó al desarrollo del talento y liderazgo femenino?
Poniendo las conversaciones con transparencia y con el ímpetu de una mujer joven, y eso aportó al desarrollo y a la cercanía. Otro de los aportes más grandes fue tener charlas de jóvenes a jóvenes, de mujer a mujer, o de mujer a otros seres de forma absolutamente horizontal, mirándonos a los ojos. Así mismo, ver formas creativas para solucionar problemas sociales también fue un aporte que tenemos, no solamente las mujeres, sino las personas jóvenes.
¿Alguna vez recibió algún comentario o notó algún comportamiento machista por parte de sus compañeros, jefes o demás ejecutivos que se ha encontrado en su vida laboral? Y de ser así, ¿cómo los afronto?
Sí, mi forma de afrontar esto es confrontando dichos comentarios. En otras circunstancias he tenido conversaciones pedagógicas con estos compañeros de trabajo, no desde la pelea. Además, ha sido muy bonito, porque han habido transformaciones increíbles en los compañeros de trabajo. Al final esto es de construirnos juntos, esta sociedad machista y patriarcal la tenemos que transformar hombres y mujeres, pero con una conversación honesta, franca y sin tabúes.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico hoy la brecha salarial entre hombres y mujeres es de 12,8 % ¿En algún momento ha sido víctima de esta brecha salarial?
Sí, he hecho parte de la brecha salarial, sin duda. Cuando he asumido roles donde estando en el mismo nivel de responsabilidad de compañeros de trabajo hombres, mi salario ha sido mucho menor.
¿De qué manera puede el liderazgo de la mujer acortar esa brecha salarial a futuro?
Nosotras podemos acortar esa brecha salarial de muchas formas, lo primero es: quitar el miedo, de esto se puede hablar, podemos ir a negociar nuestro salario, no debemos tener ese pudor para hablar de plata, a nosotras nos cuesta pedir un aumento o que se iguale al de algún compañero de trabajo. Lo segundo, es que nosotras también estemos en los lugares directivos donde se toman esas decisiones. No tenemos que estar pidiendo permiso, o teniendo esa conversación con hombres que son los líderes. Es hora de qué las mujeres lideremos las organizaciones, estemos en escenarios públicos y privados de toma de decisión para que de una forma más colectiva y escalable podamos cerrar esta brecha desde el liderazgo.
Desde nuestra posición de estudiantes, ¿cómo podríamos aportar para romper paradigmas que afectan y denigran la integridad de la mujer y así propiciar espacios idóneos para estas?
Como estudiante uno está en el lugar más bonito de la vida. Ese es el momento para construirse completamente, conocer a través de los libros otras experiencias del mundo donde se han roto techos de cristal, donde se han cerrado brechas de género, es el momento donde uno se puede dedicar exclusivamente a aprender. También, faltan muchas investigaciones en relación con las mujeres, por ejemplo, la ciencia tiene una deuda grandísima con las mujeres, la ingeniería tiene una brecha inmensa. Se puede hacer un aporte grandísimo a la academia como estudiantes.
Por último, a esas mujeres que tienen habilidades de liderazgo, pero que les falta motivación, ¿qué les recomendaría?
Lo primero que les recomendaría es que hagan parte de un círculo poderoso de mujeres, que se junten con mujeres, porque cuando nosotras estamos en esa sororidad, pasan cosas mágicas, nos damos cuenta de que compartimos los mismos miedos entre nosotras, o parecidos. Volver a los círculos de mujeres conocidas o desconocidas es el elemento más poderoso de transformación y no solo en liderazgo femenino, en todo lo de las mujeres. Entre nosotras sin duda tenemos mucho poder y mucha magia.
Si deseas escuchar la entrevista completa: https://youtu.be/3xU9qTbTszo