Mañana el sol vuelve a salir
Medellín 6 de abril de 2020, Medellín
He roto una promesa que me hice al iniciar esta cuarentena, un propósito de ejercitar la escritura a través de este diario, que ya no es tan diario. Durante unos días he perdido la visión de mi norte, me encuentro sin saber qué hacer. Recuerdo que la última vez que escribí manifesté que se venía una semana dura y así fue.
La semana anterior finalizaba el mes de marzo y con ello empiezan los cambios que trae esta guerra sin balas. El mayor temor, estar sin trabajo, y aunque no ha sido así, aún no recibo la quincena completa del mes anterior, entonces ni qué pensar de los días que vienen para mi economía. Pero hay que buscar la forma de salir adelante porque mañana el sol vuelve a salir.
Terminó una semana de carga académica fuerte, no puedo decir que me han puesto más trabajo que el pactado desde el inicio, pero esta metodología de estar en casa, estudiar y trabajar no me ha dejado un buen ritmo. El viernes tomé la decisión de aislarme de los problemas, no quise ver noticias, ni saber nada de nada, simplemente divagar en el tiempo, hasta hoy.
He roto una promesa que me hice al iniciar esta cuarentena, un propósito de ejercitar la escritura a través de este diario, que ya no es tan diario. Durante unos días he perdido la visión de mi norte, me encuentro sin saber qué hacer. Recuerdo que la última vez que escribí manifesté que se venía una semana dura y así fue.
La semana anterior finalizaba el mes de marzo y con ello empiezan los cambios que trae esta guerra sin balas. El mayor temor, estar sin trabajo, y aunque no ha sido así, aún no recibo la quincena completa del mes anterior, entonces ni qué pensar de los días que vienen para mi economía. Pero hay que buscar la forma de salir adelante porque mañana el sol vuelve a salir.
Terminó una semana de carga académica fuerte, no puedo decir que me han puesto más trabajo que el pactado desde el inicio, pero esta metodología de estar en casa, estudiar y trabajar no me ha dejado un buen ritmo. El viernes tomé la decisión de aislarme de los problemas, no quise ver noticias, ni saber nada de nada, simplemente divagar en el tiempo, hasta hoy.
Un nuevo atardecer
Al son de un juego de parqués, que en la última semana ha sido el sonido particular en el ambiente de mis vecinos, escribo estas líneas. Es lunes de Semana Santa, una fiesta católica que se presenta atípica a nivel mundial y que me recuerda lo fraternal y caluroso de un abrazo familiar. Hace un año exactamente tuve en mis brazos por última vez a mi padre, madre y hermano.
Ha pasado un año sin ver a mis padres y no sé cuántos sin ver a mis medios hermanos. Sin embargo, esta crisis me enseña que la familia, a pesar de la distancia y los problemas, son familia.
Son ellos los que, poco a poco, me llenan de amor en estos tiempos difíciles. Así como poco a poco he llenado en esta cuarentena mi botellita de amor, un paso más en mi proceso de reciclar.
Ha pasado un año sin ver a mis padres y no sé cuántos sin ver a mis medios hermanos. Sin embargo, esta crisis me enseña que la familia, a pesar de la distancia y los problemas, son familia.
Son ellos los que, poco a poco, me llenan de amor en estos tiempos difíciles. Así como poco a poco he llenado en esta cuarentena mi botellita de amor, un paso más en mi proceso de reciclar.
Situación actual
El país recibe hoy la noticia de extensión de la cuarentena por parte del presidente Iván Duque, hasta finalizar el domingo 26 de abril. Dicen que él no es más que un títere; pues bien, creo que se está dejando maniobrar por los expertos en medicina.
Una decisión que, para un mandatario neoliberal, no debe ser nada fácil, pero aun así acata las recomendaciones.
La que no pierde puntada es la alcaldesa de Bogotá, Clara López, que felicita o confronta las decisiones presidenciales. Me parece una mujer sensata y, como dicen por ahí, con los pantalones bien puestos. Estoy seguro de que será la primera presidenta de los colombianos. Sin embargo, pienso que este no es el momento para hacer carrera política, pero es su cuarto de hora y ella lo sabe.
Una decisión que, para un mandatario neoliberal, no debe ser nada fácil, pero aun así acata las recomendaciones.
La que no pierde puntada es la alcaldesa de Bogotá, Clara López, que felicita o confronta las decisiones presidenciales. Me parece una mujer sensata y, como dicen por ahí, con los pantalones bien puestos. Estoy seguro de que será la primera presidenta de los colombianos. Sin embargo, pienso que este no es el momento para hacer carrera política, pero es su cuarto de hora y ella lo sabe.
Este contenido hace parte del especial
Diario de la pandemia
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