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La oscuridad del futuro no es ficción

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La oscuridad del futuro no es ficción

Carolina Mejía Arenas

Es de esas series en las que no sientes el conocido y falso “un capítulo más y me acuesto”, y que no te va a dejar con un dolor de cabeza horrible por acabarla toda en un día.

Black mirror, una serie de ciencia ficción que plantea desde una perspectiva pesimista, un futuro inminente por el uso desmedido de la tecnología, la cual podría resultar siendo enemiga del hombre en un intento por ser mostrada como la solución en la vida de este.

Cansada de pasarme horas viendo un programa solo para no perderle continuidad y de las múltiples tramas surrealistas que generan enseñanzas vacías, encontré a Black mirror; una serie que sugiere una crítica negativa a la tecnología y que utiliza el formato antológico, es decir, cada episodio tiene un reparto diferente y no tienen relación entre sí.

Cada capítulo dura en promedio alrededor de una hora, además, para mí, es como ver una película, ya que algo es seguro, en ese tiempo se verá: inicio, nudo, desenlace y final. Esto me gustó mucho porque así no tengo que invertir la mayoría de mi tiempo para ver estos componentes, o peor aún, tener que esperar un año para saber qué va a suceder, gracias a esto, decidí tomarme mi tiempo y tardé un poco más de un mes viendo la serie; la vi por primera vez días antes de salir la quinta temporada en el 2019, pero ahora para escribir esta reseña critica, repetí algunos episodios como: “Toda tu historia S1 E3”, “Vuelvo enseguida S2 E1”, “Caída en picada S3 E1” y “Arkangel S4 E2”, los cuales me causaron mayor impacto.

Me gustaría profundizar en el hecho de que cada capítulo no tenga relación entre sí y es que, a mi parecer, este formato es algo que va muy bien con la trama de la serie, ya que genera exactamente ese efecto de ayudar a que no desgastes demasiado tiempo frente al televisor sólo para satisfacer la curiosidad de saber qué va a pasar.

Es de esas series en las que no sientes el conocido y falso “un capítulo más y me acuesto” y que no te va a dejar con un dolor de cabeza horrible por acabarla toda en un día; ahora bien, se puede hacer un maratón de esta, pero es muy relativo, ya que, de igual forma al terminar cada episodio, este te dejara satisfecho y, mejor, reflexionando.

Ahora bien, hay algo en particular que me parece digno de resaltar y es cómo el título de la serie tiene tanta relación con lo que se quiere trasmitir: Black mirror, en español “Espejo negro”, Charlie Brooker, director de la serie, explicó en una entrevista que esto hacía referencia a todas las pantallas que constantemente tenemos a nuestro alrededor, ya sea del celular, computador, televisor; las cuales cuando apagamos se convierten exactamente en un panel negro, en el cual nos vemos reflejados, lo que nos lleva a el mensaje de la serie y es que nos veremos plasmados en las múltiples historias para cuestionarnos acerca de lo que podría ser nuestro futuro si no somos conscientes del poder que le damos a la tecnología, y para ser sinceros, de lo mucho que dejamos que esta nos consuma, con la excusa de que “nos facilita la vida”.

Es cierto que la serie muestra lo que podría pasar si no ponemos límites en el uso de tecnología, pero los temas que se tocan allí, tales como: el tratamiento de datos personales a favor de los gobiernos u organizaciones de consumo, la forma en la que nos mostramos a través de las redes sociales, el reemplazo de la mano de obra por la inteligencia artificial y el fin de la privacidad, son problemáticas con las cuales nos sentimos familiarizados hoy en día por situaciones que suceden de manera real en la sociedad.

Incluso, recuerdo un día cuando hablaba con mi padre y él me ponía un ejemplo que muestra como esto ya sucede y es el hecho de que las relaciones ya no duran, ya que se basan en un control absoluto; compartir contraseñas de redes sociales, revisar conversaciones, hablar a cada rato sin darle espacio al otro, y según lo que se puede percibir, esto se puede volver peor.

Estos episodios generan reflexión, y para mí, la ficción no es una palabra que sirva para hablar de esta serie; es cuestión de mirar a nuestro alrededor, la tecnología ya está desplazando múltiples trabajos; en los supermercados se está comenzando a imponer un sistema en el cual no se necesita de cajeros para pagar, también ya hay robots que limpian la casa de manera autónoma, otros que en las construcciones pueden realizar varias actividades de manera sencilla, incluso en hospitales de países desarrollados se tiene robots que pueden realizar funciones médicas.

Por eso, pienso que como a mí, las personas que dediquen su tiempo a ver algunos capítulos van a sentirse identificadas y se cuestionaran acerca de cómo hoy en día los múltiples dispositivos se han convertido en el centro de su vida; y si no crees que sea así, pregúntate a ti mismo ¿Qué es lo primero que haces al levantarte?

Considero que es una serie que deberían ver más que todo los adolescentes, quienes se encuentran en el auge de la tecnología, pero pienso que los adultos también deben prestarle mucha atención, ya que, aunque muchos no lo admitan, también se han dejado llevar por el consumismo de la tecnología; no obstante, se debe tener en cuenta que la serie es pesimista en cuanto al futuro, los capítulos, en su mayoría no van a terminar bien, así que si esto puede causarte cierto malestar frente al porvenir es mejor no verla, de igual forma, para mi es de las mejores que he podido ver en Netflix, pues, es indudable que al terminar te haces la famosa pregunta “¿Tecnología, amiga o enemiga? Y la respuesta puede no ser muy alentadora, pero seguro será realista.

 

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