El querer abarcar todo y apostarlo todo por una idea es necesario, pero no siempre sale bien.
El pasado 7 de octubre se realizó una entrevista al autor Jung Seo en conmemoración del primer año de emisión de la serie y la adquisición de esta por parte de la plataforma de streaming Netflix. El rumor que ilusionaba a los fanáticos con la posibilidad de sacar a la luz los capítulos originales de la serie webtoon reavivó la fama de la serie que ya se creía olvidada, y es que Netflix, después del gran éxito de Juego del Calamar, le está dando cada vez más protagonismo a los filmes y telenovelas surcoreanos.
알고있지만 (Algoitjiman), conocida en español como “Aun así”, es una serie basada en un webtoon o cómic digital como la gran mayoría de las series surcoreanas que han llegado a la plataforma de streaming. Sin embargo, a diferencia de otras, el final de esta nunca fue compartido por la plataforma inicial. Luego de que se publicara el cuarto capítulo la cadena televisiva JTBC compró los derechos de emisión para que el resto de la trama no fuera publicada en el sitio de Webtoon.
Los fanáticos del drama nunca perdieron sus esperanzas de que los episodios originales fueran compartidos, ya que parte de la trama que se empezaba a narrar en el comic no fue reflejada en la serie, por lo que desde hace más de año y medio exigen la continuación.
La serie nos presenta en el capítulo uno los distintos problemas amorosos que han tenido lugar en la vida de Yoo Na Bi y Park Jae Uhn. Si bien presentar a los dos protagonistas desde sus relaciones pasadas es ya considerado un cliché en las series surcoreanas (Kdramas), en Aun así es funcional; ya que permite que tenga sentido la introducción de la banda sonora que se realiza en el mismo capitulo y la cual evoca a una relación condicional. Desde la nostalgia y la desesperanza de una relación fallida se describe la negación a nuevos sentimientos y el miedo a la formalización de una relación.
A pesar de que la visualización de la serie en Corea del Sur no fue la esperada, su fama a nivel internacional estuvo a tope, gracias a la presentación de una situación que inunda la cultura occidental, pero que hasta ahora no había sido representada en la cultura oriental: las relaciones informales. Además de que este no es un comportamiento usual de presentarse en la cultura oriental, ya que, si bien otros kdramas nos hacen esperar 16 capítulos antes de que suceda tan siquiera un beso entre los protagonistas, en Aun así desde el principio retrata abiertamente los temas del contacto físico, por lo que ver un comportamiento más liberal en su cultura se hace llamativo.
Sí bien la directora Kim Ga Ram aún no cuenta con tanto recorrido como otros colegas sur coreanos, en algunos trabajos anteriores ya vemos destellos de esa nueva apuesta por relatar lo distinto. En su kdrama Vampiro Detective, tenemos una faceta suya mucho más joven, pero que con audacia les da un pequeño giro a los personajes, ya que nos presenta a un hombre mucho más sensible, sutil y a una mujer en un papel más fuerte.
Luego de su retiro de tres años regresó con Equipo Floral: Agencia Matrimonial Joseon, una serie en la que se le permite a Kim Ga Ram ser un poco más demostrativa con sus apuestas. Por lo que tenemos a un grupo de 3 casamenteros excéntricos que son contratados por una mujer, para parecer una dama noble y poder casarse con el rey. Este, a pesar de ser un kdrama histórico, de época, mantiene ese tinte juguetón de la directora en otorgar algunas cualidades reconocidas en su cultura para las mujeres a los hombres y viceversa.
En esta última entrega no solo tenemos a un personaje masculino más vulnerable y sensible, sino que también tenemos a una coprotagonista femenina más directa, propositiva y falta de ese sentimentalismo excesivo que hacen tan representativos a los kdramas. Se puede creer que, esta apuesta estaba dirigida al público extranjero, ya que, aunque en Netflix estuvo punteando en el top 10 las tres primeras semanas, en Corea del Sur su promedio de visualización fue del 1.464%, según los datos publicados por NielsenKorea, un promedio bastante bajo comparado con sus trabajos anteriores.
Sin embargo, en este caso tenemos que la publicación en Netflix de la serie se dio luego del gran estallido de las producciones orientales, especialmente surcoreanas, en occidente. Es decir, luego del éxito de producciones como Tren a Busan, El juego del calamar y Parasito, que le abrieron la puerta al contenido surcoreano en este lado del mundo, por lo que es de entender que tal vez en este caso la apuesta de Kim Ga Ram iba por el público internacional.
Aunque se reconocen los esfuerzos de la producción y la directora para tratar de darle sentido a la trama un tanto compleja que planteaba Jung Seo en su webtoon, se siente como si el intento se hubiese quedado en ello, en un intento. El desarrollo de cada uno de los personajes, al menos de los principales, individualmente es un acierto que tiene sentido narrativo. Sin embargo, son claros los vacíos en los personajes secundarios que en algunos capítulos pareciesen tener un papel de relleno. Y es que el guion tampoco permite una continuidad entre la línea narrativa de los personajes principales y secundarios, dándoles a los últimos nula relevancia.
Además, el intento de juego con algo que se quiere, pero no se puede dar, se convierte en algo exagerado y forzado luego del sexto capitulo, donde todo se siente más dramático de lo que realmente es. Por estos inconvenientes en la trama, guion y justificación de los personajes en general se siente incompleto el final, aunque los personajes lograron alcanzar esa relación “seria” de la que tanto escaparon, por lo que, incluso con un final que denominaríamos como feliz, queda en la audiencia la sensación de ese casi, de esa apuesta por el todo que al final no fue.