Skip to content

“Westcol vs 100 mujeres”: La sexualización del entretenimiento

Por: Redacción Bitácora

Compartir:

La sexualización de las personas y el atropello a la dignidad humana se han vuelto los recursos para ganar interacciones en redes sociales.

En la era digital, donde el entretenimiento parece estar dominado por la búsqueda constante de likes y seguidores, muchos creadores de contenido han adoptado prácticas problemáticas para captar la atención del público. Un ejemplo de esto es el fenómeno de videos como “Westcol vs 100 mujeres”, donde se perpetúan dinámicas que cosifican y degradan a las personas, en especial a las mujeres, con el fin de generar polémica y atraer visualizaciones.

El poder de los “likes” y la cultura del entretenimiento

La necesidad de generar “likes” y seguidores en plataformas como YouTube y Twitch ha llevado a creadores como Westcol a producir contenidos cada vez más controversiales. Este tipo de videos no solo buscan provocar reacciones extremas, sino que explotan y ridiculizan a las personas para conseguir interacción. La monetización de estos contenidos y la posibilidad de ganar popularidad rápidamente han normalizado una cultura de entretenimiento basada en la humillación y la objetificación. Lamentablemente, la audiencia, al consumir y compartir este tipo de contenido, se convierte en cómplice de estas prácticas validando y fortaleciendo este tipo de dinámicas.

La sexualización en videos virales

Un aspecto particularmente preocupante es la cosificación de las mujeres en videos como “Westcol vs 100 mujeres”. En este tipo de contenido, ellas son reducidas a objetos de entretenimiento cuyo único valor parece residir en su apariencia física o su disposición a participar en un “juego” donde el protagonista masculino ejerce el control. Comentarios de Westcol como “La liga femenina no la ve ni Lucifer” y su referencia despectiva a las mujeres como buenas para “cocinar o barrer” refuerzan una visión profundamente sexista y machista que perpetúa la idea de que las mujeres son menos competentes o valiosas en áreas fuera de los roles tradicionales asignados por la sociedad.

Este tipo de mensajes no solo son ofensivos, sino que impactan negativamente la percepción de las mujeres, especialmente en el ámbito del deporte, donde ellas han luchado por ganar reconocimiento. La falta de consideración y respeto hacia los logros de las mujeres en el fútbol y otras áreas refleja una mentalidad retrógrada que sigue encontrando espacio en los medios digitales, donde este tipo de contenidos se viralizan rápidamente.

La banalización de la dignidad humana

En muchos de estos videos, la dignidad humana es trivializada y convertida en un objeto de entretenimiento. Las personas que participan en estos “retos” o dinámicas son reducidas a su apariencia física o su capacidad para ser objeto de burla. Esto afecta no solo a las mujeres, sino a cualquier persona que está expuesta a este tipo de trato humillante en el nombre del entretenimiento. Además, la homofobia, gordofobia y clasismo que suelen acompañar este tipo de contenidos refuerzan prejuicios sociales profundamente dañinos, como los ataques de Westcol a la comunidad LGBTIQ+ y sus comentarios despectivos hacia ciudades como Ibagué.

Consecuencias sociales

La normalización de este tipo de entretenimiento tiene consecuencias graves. En primer lugar, perpetúa la violencia simbólica al deshumanizar y reducir a las personas a meros objetos de consumo visual. Al promover este tipo de contenidos, se refuerzan estereotipos sexistas, homofóbicos y clasistas que afectan la construcción de relaciones interpersonales y el respeto mutuo en la sociedad. Además, estos impactan negativamente la salud mental y emocional de las personas que se ven reducidas o cosificadas en estas plataformas.

Es imperativo que tanto los creadores de contenido como la audiencia tomen conciencia de la responsabilidad ética que tienen en la producción y consumo de contenido digital. No podemos seguir validando prácticas que deshumanizan a las personas por el simple hecho de generar interacciones en redes sociales. Es crucial promover contenidos que respeten la dignidad humana y fomenten el respeto y la equidad en lugar de perpetuar dinámicas degradantes. Como sociedad, debemos exigir más de los creadores de contenidos y ser más críticos con los mensajes que consumimos y compartimos.

Compartir: