Arriba el ejercicio cotidiano de inclusión social
Simón Felipe Barrera Cardona
Elogiamos a todas las empresas que brindan oportunidades a jóvenes en condición de vulnerabilidad, y a sus familias, en condición de vulnerabilidad. Son ellos quienes debido a su condición física, psicológica, social, cultural, política o económica, merecen atención del Estado y la empresa privada para que puedan lograr consideraciones de igualdad y equidad.
Tras haber sido firmado el acuerdo de paz del Gobierno con las FARC, el 26 de septiembre de 2012, la población colombiana obtendría, después de 50 años de sufrir la guerra, beneficios como: incremento en la seguridad, reducción de la violencia, disminución del crimen organizado, desarme, desmovilización y reinserción de combatientes.
Para muchos de los colombianos el acuerdo no representó cambios notorios: los grupos al margen de la ley actúan con mayor agresividad en los diferentes departamentos; y en materia de desplazamiento forzado de personas, Colombia se sitúa junto a países como Irak, Siria, Somalia, Sudán y Turquía.
Según el Sistema de Información sobre Desplazamiento Forzado y Derechos Humanos, 82.846 personas fueron desplazadas entre enero y noviembre de 2021, cifra que aumentó 169% respecto al 2020.
Sin embargo, pese al sinsabor para algunos colombianos, surgieron algunas iniciativas que empezaron a consolidarse como escenarios de reconciliación y de paz. Ese es el caso de Alimentos Casai, una empresa antioqueña que, además de ofrecer una opción diferente a los productos del mercado tradicional de cereales, se consolidó como la primera empresa del país donde trabajan juntos en el proceso víctimas y reinsertados del conflicto armado colombiano.
El objetivo de su creador, el abogado y economista Juan Esteban Garzón Trujillo, es “hacer de la paz un ejercicio cotidiano de solidaridad laboral, donde las diferencias se convierten en fortalezas para crear un producto único en el panorama local”.
¡Más oportunidades para los jóvenes en Colombia!
El emprendimiento social creado en 2017 por Garzón Trujillo marca la pauta entre nosotros para estimar qué tan real y auténtica es la inclusión laboral en nuestro país para los jóvenes que se han involucrado en el conflicto armado, y quienes tras un proceso de resocialización buscan con urgencia un trabajo formal que les permita reconstruir sus vidas.
Las empresas tienen un gran reto en la construcción de paz: brindan la oportunidad de salir adelante a quienes han huido del conflicto o han dejado las armas. Son los jóvenes en condiciones de vulnerabilidad a quienes se les debe prestar mayor atención, pues la falta de oportunidades para salir adelante impide la reconstrucción social y la paz en el país.
Una parte notable de este grupo de jóvenes llega a las ciudades en busca de opciones para conseguir un trabajo legal y remunerado que les permita continuar con sus proyectos formativos y familiares.
Joan Sebastián López, fue desplazado de la violencia del municipio de Chocó y actualmente hace parte del laboratorio de paz y emprendimiento social Alimentos Casai. Él como jóven víctima de la violencia afirma que:
“Conseguir empleo en Colombia para los jóvenes es muy difícil porque en muchas empresas te piden experiencia laboral y no todos te dan la oportunidad de trabajar. Afortunadamente en mi caso Juan Esteban me brindó esa oportunidad”
Según el Dane en 2021 “se reportaron 5,1 millones de jóvenes ocupados; cerca de 1,5 millones desempleados o en búsqueda de trabajo, y 5,7 millones inactivos; esto quiere decir que son personas que no están buscando empleo, pero tampoco están laborando”. Este reporte indica que cerca del 23% de los jóvenes en el país se encuentran desempleados.
Darles trabajo a los jóvenes aporta a la construcción de paz y genera bienestar social. “Me gustaría que, así como nosotros fuimos capaces de reunirnos en un mismo ambiente y aclarar nuestras diferencias y encontrar paz, así debería ser en el exterior, darle la oportunidad a los demás de avanzar”, Juan Felipe Mosquera, operarios de Alimentos Casai.
Elogiamos al laboratorio de paz Alimentos Casai y a todas las empresas que brindan oportunidades jóvenes y a sus familias en condición de vulnerabilidad, pues son ellos quienes debido a su condición física, psicológica, social, cultural, política o económica, merecen atención no solo de entidades privadas, sino del Estado para que puedan lograr consideraciones de igualdad y equidad que conduzcan a una vida en paz.
Juan Esteban Garzón Trujillo es uno de las personas que en Colombia más le está aportando a esta anhelada paz. En sus propias palabras así lo destaca: “A medida que fuimos avanzando en ese proceso de contratación a personas provenientes del conflicto armado, nos dimos cuenta que eran personas con muchas ganas de aportar a esa reconciliación; llenarse uno de esa calidad humana, de esa humildad, de esas ganas de salir adelante de ellos, también es un motor para impulsar empresas y emprendimientos sociales”.