La escopolamina o “burundanga”, ese alcaloide que genera temor al ser usado por delincuentes, se ha convertido en motivo de preocupación para los propietarios de establecimientos nocturnos, así como para los jóvenes pues pueden terminar con graves problemas de salud.
Juan Esteban Giraldo, estudiante de la Universidad EAFIT, empieza su historia relatando los hechos de la noche en la que su vida se vio en riesgo por la escopolamina.
Cuenta que ya había tomado un poco de licor y que, como debía madrugar al día siguiente, decidió irse más temprano de la licorería donde estaba cerca al barrio Provenza.
Al salir, le compró una bebida energética a una persona que pasaba junto a él. “Me la tomé y le di la mano al man diciendo ‘ey parce, muchas gracias’. Y apenas lo hice, por un momento, dejé de ver”. Así explica lo que cree fue la causa de su intoxicación.
Juanes, como le dicen sus amigos, sentía las personas a su alrededor, pero no podía ver nada, el tiempo lo tenía alterado y sus reflejos se volvieron muy lentos.
“Me paré y no era capaz de abrir el carro”, dice sobre su intento de montarse al transporte que solicitó y que alcanzó a pedir casi que por milagro, según recuerda.
El conductor le abrió la puerta y lo ayudó a entrar. Con su poca noción del tiempo, Juan Esteban sintió que el trayecto fue en un abrir y cerrar de ojos. Al llegar a la unidad residencial donde vivía, se cayó intentando salir, pero a pesar de eso no sentía dolor alguno.
Caminando de la portería a su casa se cayó de nuevo, tambaleó y hasta tuvo problemas porque no podía moverse de forma correcta. Los efectos que en un momento eran leves ya estaban en otro nivel.
Su mamá lo encontró en el baño, vomitando y con los ojos volteados.
Al verlo así, su madre le dijo que fueran a urgencias, pero como el joven no era capaz de moverse les tocó quedarse en el apartamento y llamar a un médico.
En este punto ya estaba inconsciente, no podía hablar, moverse o darle una explicación a su mamá quien, muerta del susto, le hacía preguntas.
En la llamada a urgencias, los médicos afirmaron que “los síntomas que él tiene no son de un borracho”. Sin embargo, les tocó esperar al otro día y monitorearlo durante la noche.
Al otro día no tuvo efectos secundarios, lo único que recalca fuertemente es el cansancio que sentía: “Me levanté agotadísimo, como si hubiera entrenado todo el día”.
Riesgo en las discotecas
¿Qué tan común es la historia de Juan Esteban? Según la Policía Nacional, en promedio una persona es víctima de robo con escopolamina cada día y medio en Medellín. Las zonas más afectadas por estos ilícitos son Laureles y El Poblado. La invitación de las autoridades es a denunciar cualquier situación de este tipo.
El propietario de una discoteca conocida en ese sector de la ciudad, quien solicitó no revelar su nombre, sostiene que para evitar que esta droga sea utilizada en su negocio controlan el ingreso de personas y se reservan el derecho de admisión para aquellos con un perfil de alto riesgo de ser portadores de la sustancia.
En cuanto a con qué protocolo cuentan si a alguien en la discoteca le suministraran escopolamina, el entrevistado afirma que tienen establecido llamar a las autoridades de inmediato, en este caso la Policía a través del cuadrante del sector.
Aunque afirma que nunca les ha ocurrido, con este protocolo se aseguran de que la situación sea manejada de manera adecuada.
Resalta que el protocolo para prevenir el uso de escopolamina ha sido efectivo, pues nunca han tenido que recurrir a “Ángela”, una medida de seguridad que se ha implementado en las discotecas de Medellín para prevenir el uso de drogas y garantizar la seguridad de los clientes.
La educación del personal, la vigilancia constante y la rápida acción en caso de emergencia son algunas de las medidas que se toman para proteger a los clientes de los peligros de esta droga.
En general, el negocio no se ve afectado por este problema, ya que han implementado medidas de seguridad para evitar que suceda. El problema está más en la calle.
El riesgo médico
En su informe sobre esta sustancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “la escopolamina es una droga altamente peligrosa que puede tener graves consecuencias médicas y psicológicas para los usuarios y para la sociedad en general”.
Esto fue respaldado por el médico Jairo Estrada, quien aclara varias dudas acerca de su uso: “La escopolamina es una sustancia que puede producir diversos efectos en la salud, entre los que se incluyen la somnolencia y un estado de pasividad completa”.
Además, durante la intoxicación la persona puede experimentar amnesia de lo vivido en ese momento, aunque no pierde su identidad personal y es capaz de ejecutar funciones de su vida diaria.
Otros efectos incluyen la confusión, la desorientación, la alteración del ritmo cardíaco, las alucinaciones visuales y auditivas, la agitación motora, la sed, y la sequedad de mucosas y piel. Tras la intoxicación, también se han registrado dificultades en el aprendizaje.
La sustancia actúa sobre el sistema nervioso central haciendo que la persona quede en un estado de completa pasividad, lo que permite que sea sometida y realice sin oposición lo que le pidan.
Hay varios efectos en el cuerpo, según el profesional: “La escopolamina es una sustancia que se absorbe principalmente por vía oral a través del tracto gastrointestinal, aunque también se puede inyectar y, en casos menos comunes, se puede absorber por la piel”.
Explica que, una vez en el cuerpo, bloquea los receptores muscarínicos, los que normalmente se unen a la acetilcolina para llevar a cabo sus funciones. Al bloquear estos receptores, se producen los efectos tóxicos en el cuerpo, incluyendo los antes mencionados.
Su uso por la delincuencia
La escopolamina tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica, lo que significa que puede llegar al cerebro y desencadenar los efectos de pasividad y amnesia.
El efecto máximo de la sustancia se produce aproximadamente dos horas después de haber sido absorbida y, posteriormente, es metabolizada en el hígado y excretada por los riñones durante las primeras 12 horas después del consumo.
El médico afirma que esta sustancia tóxica puede tener efectos graves en la salud y que se debe evitar su consumo para prevenir cualquier complicación.
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