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Indígenas nasa: la tierra, más allá del ombligo

Por Miguel Echavarría Vásquez

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Casi 30 años de convivencia en la región del Río Negro, en el departamento del Huila, hicieron que campesinos mestizos y la comunidad nasa estén hoy fuertemente fusionados. Líderes indígenas trabajan hoy por la preservación de su idioma nativo, así como de otras prácticas y tradiciones que durante siglos les dieron identidad.

Un bebé ha nacido, envuelto en un abrigo que le ha dado oxígeno y alimento por nueve meses. Los abrigos de miles de recién nacidos en todo el mundo se perderán en la basura, pero el de este pequeño tendrá un destino diferente.

Mientras que las placentas de otros bebés son vistas en la cultura Occidental simplemente como un desecho, la de este será sembrada en su casa, al lado del fogón, pues así es como estará conectado con su tierra.

El niño es un miembro del pueblo nasa, una de las comunidades indígenas que más se han fortalecido en Colombia y América Latina, llegando a habitar casi todo el sur de Colombia. Su población se extiende por los departamentos del Cauca, Valle del Cauca, Putumayo, Tolima, Huila, Caquetá y Meta.

Los nasa representan el 13,4% de la población indígena del país.

También se les conoce como paecesy se han destacado en la historia de Colombia por ser un pueblo fuerte y resiliente.

La tradición mencionada, llamada “la siembra del ombligo”,escon la cual la gente nasa se conecta con su territorio. Así, los niños están unidos a través de un cordón umbilical cultural a su madre mayor: su tierra.

Lamentablemente, ese cordón umbilical se ha roto para muchos y todavía tratan de curarlo con sangre coagulada.

Varias generaciones del pueblo nasa tienen sus ombligos sembrados lejos de la tierra de sus antepasados.

La comunidad indígena residente en la región huilense del Río Negro proviene de Tierradentro, zona ubicada entre las poblaciones de Belalcázar e Inzá, en el Oriente del departamento del Cauca.

Este último lugar es reconocido como la zona de origen del pueblo nasa junto con el Norte del Cauca. Sin embargo, un desastre natural alejó hace varios años a esta comunidad de su Madre Tierra.

El 6 de junio de 1994 hubo un terremoto en la región de Páez, también en el Cauca, que provocó que el río del mismo nombre se desbordara. La avalancha que se produjo dejó 1.100 muertos y 500 desaparecidos, y arrasó con el resguardo de Tierradentro. 

Debido a este desastre, el gobierno creó un programa especial liderado por la Corporación Nacional para la Reconstrucción de la Cuenca del Río Páez, con el cuál reubicó a parte de la comunidad nasa de Tierradentro en la región del Río Negro, un corregimiento de Íquira, municipio del departamento del Huila.

Hoy, casi treinta años después de la avalancha, la comunidad del resguardo Nasa Páez se ha resignado a quedarse en esta tierra, pero siempre tiene presente su lugar de origen.

Un cordón roto entre dos tierras

El trauma de ser arrancados de su tierra de origen es una marca que este resguardo Nasa Páez muestra con frecuencia. Esto se debe en parte a que muchos de los sobrevivientes a la avalancha volvieron a su tierra tan solo un año después, mientras que otros permanecieron en Íquira y siguen ahí.

El modo de vida dentro del resguardo ha cambiado de manera considerable frente al estilo de vida tradicional de Tierradentro, pues la región a la que llegaron era un corregimiento habitado por campesinos mestizos. Esto tuvo fuertes repercusiones económicas, sociales y culturales para la comunidad.

El tejido es una práctica cultural muy presente en los nasas. Entre los productos que suelen tejer están los chumbes, que son cinturones para que las madres lleven a sus hijos colgados de sus espaldas.

De acuerdo con líderes y personas de ese pueblo indígena, entre las prácticas que más han marcado y dividido a la comunidad están las religiosas, tanto del catolicismo como de iglesias cristianas.

A esta tierra “más allá del ombligo” mucha gente llegó con miedo y cargos de conciencia, pues consideraban que eran parte de un pueblo de pecadores y en la que apareció una creencia que no era propia de sus tradiciones: el fin del mundo.

Esto provocó un auge del cristianismo, y aunque les ha dado bienestar y tranquilidad espiritual a muchas personas también trajo un rechazo hacia algunas prácticas de la cultura y las costumbres ancestrales.

Por su parte, practicantes de su culto tradicional también se vieron desesperanzados con su situación. Por ejemplo, se afirma que los médicos tradicionales llegaron a tener angustia existencial muy fuerte por las pérdidas que hubo tras la avalancha.

La identidad, un refugio para el resguardo

Una de las consecuencias que trajo el proceso de aculturación que sufrieron fue que los habitantes de algunas de las veredas más cercanas al pueblo mestizo dejaron de hablar su lengua, el nasayuwe.

De igual forma, la población tuvo que asumir que a pesar de que este nuevo territorio era parecido a su antiguo hogar, la tierra era de otra gente, de campesinos mestizos, quienes, a pesar de recibirlos con comida y hasta una bandera blanca simbolizando la paz, ellos afectaron con su visión del mundo la manera en la que los nasa se comprendían, lo que fomentó en algunos la sensación de vergüenza social por sus tradiciones.

En el himno del colegio aparece una clara mención al sentido de pertenencia que tiene esta comunidad de Río Negro (Huila) hacia Tierradentro (Cauca).

Aun así, este resguardo se ha empeñado en mantener y preservar sus costumbres, incluso más que los habitantes de Tierradentro, según afirman sus habitantes.

Si bien por mucho tiempo sus tradiciones fueron debilitándose entre la gente, ha habido muchos proyectos que buscan reivindicar la cultura nasa, los cuales han tenido buenos resultados.

Uno de ellos es la creación de la Institución Educativa Kue Dsi’J, el colegio principal del resguardo. Además de enseñar su idioma, costumbres y arte a los niños, este colegio se ha enfocado en la investigación y en sistematizar prácticas culturales propias de los paeces.

Esto ha sido un reto en la organización y es reconocido oficialmente, aunque haya tenido que conseguir validación y fondos para darle educación de calidad a los niños del resguardo.

Otro proyecto que se está gestando es un convenio entre las universidades Surcolombiana, de Antioquia y CES, el cual cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y busca fortalecer la soberanía alimentaria de la gente del resguardo.

Además, cabe destacar los aportes de miembros de la comunidad como Luz Nidia Finscué, mayora y ex gobernadora del resguardo, la cual fue quien gestionó este proyecto. O como Merleider Capaz, profesor de Kue Dsi’J, quien se ha dedicado a la difusión de las creencias de su pueblo a través de la escritura y la música.

Ahora, casi tres décadas después de aquella avalancha, la comunidad ha logrado solventar sus diferencias y reconocer con orgullo su legado. Allá, en la tierra más allá del ombligo, la herencia nasa prevalece.

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