Todas las cocinas son diferentes, si bien algunas ya se han modernizado y otra siguen tan viejas como las de nuestros ancestros, las cocinas colombianas sí que se distinguen por una cosa, nuestras tradiciones. Aún en 2023 las cocinas de nuestros hogares siguen siendo espacios para la cultura y sobre todo para el amor, pues en Colombia a veces para llegar al corazón primero pasamos por el estómago. Por eso te presentamos 5 objetos que todo colombiano tiene, ha tenido o tendrá en su cocina, y que han hecho parte de nuestra gastronomía incluso antes de que muchos de nosotros naciéramos.
1. Cuchara de palo:
La cuchara de palo más que un utensilio es una barita mágica que junto con las manos correctas tiene la capacidad de convertir cualquier alimento en una obra de arte. Esta cuchara, generalmente tallada en madera sólida, es capaz de resistir altas temperaturas, no afecta el sabor ni la textura de los alimentos, no ralla ni pela las sartenes y brindando un toque rústico a las preparaciones que hagamos.
2. Pilón/mortero:
Antiguamente utilizado para la medicina tradicional, el pilón o mortero (dependiendo de donde estes) se ha trasladado a las cocinas colombianas como un elemento para darle sabor a la comida y sobre todo a nuestro hogar. Ahora, el mortero es más común de lo que parece, pues se usa para moler y triturar ingredientes, permitiendo la creación de salsas, aliños y condimentos. El mortero, típicamente elaborado en madera sólida, ofrece una superficie resistente y porosa que facilita la liberación de sabores y aromas de especias, hierbas y otros ingredientes. Este método de molienda manual preserva las características originales de los ingredientes y brinda una textura única a las preparaciones culinarias. En Colombia, el mortero es un símbolo de la riqueza culinaria del país y una forma de mantener vivas las técnicas ancestrales en la cocina original colombiana.
3. Olla de barro:
Por si no lo sabias, así como nosotros las ollas tienen memoria, pues seguramente de cada platillo preparado en ellas queda una marca que perdurará por siempre, pues a diferencia de otros utensilios las ollas incluso en ocasiones son heredadas. Este recipiente de arcilla lleva en las cocinas de nuestras abuelas por años, pues, aunque retiene los alimentos como cualquier otras, estas en específico hacen que la cocina se vuelva una experiencia única y que el comer ajiaco, frijoles o sancocho, sea tan especial como prepararlos. Por otro lado, la arcilla de la olla de barro aporta minerales a los alimentos, lo que enriquece su sabor y aporta propiedades beneficiosas para la salud.
4. Parrilla:
No hay anda más rico que una arepa bien caliente por la mañana, pero ¿sabías que la parrilla en la que calientas tus arepas es uno de los utensilios esencial en la gastronomía colombiana y especialmente en las zonas rurales del país? Pues, aunque no lo creas, esta parrilla, generalmente elaborada con hierro fundido o acero, se utiliza en diversas zonas del país para asar las arepas sobre fuego directo. Su diseño no es gratuito, pues las ranuras o hendiduras de esta, permite que el calor se distribuya de manera equilibrada por toda la arepa, asegurando su cocción uniforme. Por otro lado, su versatilidad y facilidad de uso hacen que la parrilla para hacer arepas sea ampliamente utilizada en todo el país, siendo una parte integral de la tradición y la cultura culinaria colombiana.
5. Molinillo:
El chocolate colombiano, aunque suene raro, se toma espumoso y con queso adentro, pero para la espumosidad característica que debe tener, hay que usar si o si el molinillo chocolatero. El molinillo, hecho de madera con forma de vara, se utiliza para mezclar y batir el chocolate. Su diseño especial con ranuras en la parte inferior permite que el chocolate se disuelva y se mezcle de manera efectiva, creando una bebida rica en sabor y con una textura suave y agradable. El uso del molinillo de chocolate evoca a las tradiciones y al calor de hogar, pues en las tardes frías o en las mañanas de lluvia, ya sea en ciudad y montaña, el chocolate caliente inunda las casas de los colombianos para darnos un último adiós a la hora de dormir o un hola en las mañanas.