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Humano vs. Máquina, una pelea absurda

Por Daniela Díaz Morón

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En el período que hoy vivimos, denominado Cuarta Revolución Industrial, las nuevas tecnologías, ¿en realidad nos vuelven más tontos? ¿Cuál es nuestro papel como humanos frente a estas máquinas?

El miedo a las nuevas tecnologías no es algo nuevo, desde la invención de la imprenta hemos temido que estas herramientas nos afecten en forma negativa.

Películas como Terminator (1984) muestran un escenario apocalíptico donde le tememos a una inteligencia artificial (IA) llamada Skynet. Hoy, aunque se ha desarrollado a Sophía, un robot de inteligencia artificial, la humanidad parece muy lejos del comienzo de su extinción por causa de esas máquinas.

Y es que la tecnología no es un ser maligno cuyo propósito es hacernos más tontos y sumisos. La conversación sobre las nuevas tecnologías debería centrarse en otras problemáticas como el desplazamiento laboral, la desinformación, la falta de ética y/o en su regulación.

Foto de Shutterstock.

Las nuevas tecnologías son amplias y siguen en desarrollo mientras hablamos. Y aunque la Cuarta Revolución Industrial abarca desde la robótica hasta la nanotecnología, en este texto nos enfocaremos en discutir lo que aportan y donde queda el componente humano dentro de la IA, la realidad virtual y la fotogrametría.

Inteligencia artificial, máquinas que hablan como humanos

Esta tecnología está en todo su furor ahora mismo. Específicamente en el formato de chatbot´s. Estos son programas que simulan las conversaciones entre humanos, como lo hace, por ejemplo, ChatGPT.

Aunque esto da la impresión de que estamos en el futuro, desde la década de 2000 nos hemos impresionado con las máquinas conversacionales. Un ejemplo insignia fue SimSimi.

SimSimi y ChatGPT funcionan con modelos distintos de inteligencia artificial. ChatGPT utiliza el modelo llamado Generative Pre-trained Transformer que funciona a través de una red neuronal que se entrenó con la información abierta de internet. Se entrena para realizar conexiones entre palabras y la información alrededor de esas palabras para que, con base en eso, entregue una respuesta satisfactoria.

SimSimi, al contrario, responde a partir de respuestas que se modifican a medida que interactúa con el usuario, creando una base de datos más limitada que la de ChatGPT. Porque ChatGPT aprendió sobre lo hallado en internet y SimSimi aprende sobre lo que se le enseñe.

Las respuestas que devuelve SimSimi no son tan sofisticadas como las de ChatGPT. Sin embargo, en su época eran una gran novedad. En YouTube inclusive se evidencia a varios Youtubers, como JuegaGerman, que subían videos hablando con el programa.

Si quieres aprender más acerca de SimSimi te invito a ver el siguiente video:

Lo que ocasionaba gracia en las respuestas de SimSimi era el hecho de que debido a que los usuarios podían enseñarle que a la pregunta “X” debía responder “Y”, podían enseñarle a responder groserías o contenido inapropiado, como la dirección IP de alguien.

A partir de esa experiencia se evidenció la necesidad de poner restricciones a las respuestas que pueden dar las inteligencias artificiales.

ChatGPT, por ejemplo, devuelve la siguiente afirmación cuando le pides que te diga una grosería:

“Lamento si mi respuesta anterior no cumplió con tus expectativas. Sin embargo, como modelo de lenguaje AI, debo seguir ciertos estándares éticos y no puedo generar contenido que incluya insultos o lenguaje ofensivo. Estoy aquí para ayudarte con cualquier otra pregunta o solicitud que tengas.”

Aunque es posible burlar las restricciones, es diciente que ChatGPT haya instaurado una regulación para evitar las groserías.

Las regulaciones no deben limitarse al lenguaje ofensivo. Como caso tenemos la aplicación Lensa, la cual edita fotografías gracias a una inteligencia artificial. Esta aplicación presenta varios problemas, como la falta de ética con los artistas.

No solo sucede un desplazamiento laboral, ya que las empresas empiezan a tener expectativas irreales sobre el tiempo y dedicación que toma el hacer un diseño, porque el programa lo realiza en apenas minutos, sino que también hay una falta de ética con los artistas porque las IA´s que generan imágenes utilizan diseños de artistas sin su consentimiento, llegando a copiar sus estilos de dibujo. Eso puede considerarse robo de arte.

El segundo problema es la modificación de facciones sin el consentimiento del individuo. Han usado herramientas como Deepfake para crear videos sexualizados de mujeres que originalmente no estaban en ese contexto. Aplicaciones como Lensa han registrado cambiar los rasgos de mujeres negras y asiáticas, cayendo en el racismo.

Fotogrametría, avances en objetos 3D

¿Qué es eso? Básicamente, que a partir de una imagen en 2D se puede hacer un modelo 3D. Esta tecnología se usa dentro de los videojuegos o la arquitectura. Para profundizar más puedes leer el siguiente artículo de Carmen Torrecillas: Capturando el espacio en un instante // Introducción a la Fotogrametría.

La fotogrametría es otro avance que ha traído nuevas ramificaciones. Ya no nos limitamos al entorno digital, sino que lo traemos a nuestra realidad a través de los modelos 3D. En vez de ser un simple póster, son algo tangible, como un edificio o una figura de acción.

Como lo explica Camilo Cortés, especialista de fotogrametría del Medialab de EAFIT, “va a facilitar el trabajo de todos los diseñadores porque con una hora de trabajo [de fotogrametría] nos ahorramos casi dos semanas”.

Y aunque esto suena maravilloso, hace que vuelvan a surgir problemas que habíamos visto con la aplicación Lensa. Aunque facilita el trabajo de los diseñadores, puede representar un problema para aquellos que no se adapten. Así lo explica Cortés en el siguiente audio, donde responde a la pregunta: ¿Dónde queda el componente humano con la introducción de estas tecnologías?:

Es complicado e idílico pedir que estos avances se detengan. Después de todo, el humano no es conocido por conformarse con lo que tiene; en cambio, solemos tener un deseo de avanzar.

La fotogrametría ya se está utilizando en el escaneo de esculturas, como señala 3DNatives en su artículo ¿Qué es la fotogrametría, para qué sirve y cómo la utilizamos en la impresión 3D?, uso que beneficia a museos y organizaciones.

Y es que, en vez de intentar detener el avance de la tecnología deberíamos de centrarnos en cuestionarnos ¿a quién está beneficiando este cambio?, ¿a la empresa o al trabajador?

Por supuesto que la empresa deseará reducir sus costos y mano de obra, pero la idea de las nuevas tecnologías es poder seguir trabajando en conjunto con ellas como humanos.

Debemos discutir problemas como el robo de arte y cómo prevenirlo, delimitar los ámbitos y la manera en la se usan estas tecnologías y tener encargados de vigilar la ética y moral al momento de desarrollar estas herramientas.

Es encontrar un punto medio para que los profesionales puedan trabajar a la par con la máquina.

Si te preguntas sobre de qué manera puedes usar IA de manera ética, revisa las siguientes publicaciones de Pictoline y la UNESCO:

Realidad virtual, herramienta para transmitir empatía

Tal vez te suenen las gafas Oculus Quest de la empresa Meta o recuerdes ver a alguien jugar Beat Saber. La realidad virtual es una herramienta que va de la mano con la creatividad y las emociones, ya que transporta al usuario a mundos imaginarios.

Cristian Díaz León, jefe de pregrado de Diseño Interactivo en EAFIT habla de cómo la realidad virtual puede utilizarse más allá del entretenimiento, abarcando ámbitos médicos y de noticias al poner al usuario en los zapatos de sus personajes de una manera inmersiva.

La realidad virtual ha abierto la posibilidad de experimentar situaciones en un entorno seguro y simulado. Un exponente de su uso es el proyecto dirigido por Cristian Díaz, Simuladores de Cirugías Colaborativo. Este permite que un cirujano experto (mentor) pueda enseñarle a un cirujano inexperto (aprendiz) de manera remota.

El componente humano en la realidad virtual es el más palpable, pues el usuario interactúa de primera mano con el contenido. Como dijo Díaz León: “Hay que dejar de pensar las tecnologías como algo ajeno al ser humano, ya que es el ser humano quien las crea a su imagen y semejanza de sus necesidades y deseos”.

Foto de Juan Gonzalo Betancur.

No debemos de temer a las tecnologías; en cambio, debemos preguntarnos si son la forma correcta de solucionar nuestras necesidades.

Y en caso de que sí sean la respuesta, intervenir desde su concebimiento y desarrollo. No hay necesidad de que salgan al público para analizar su impacto. Los humanos debemos ser críticos en cada una de las fases de creación.

Si quieres escuchar toda la entrevista realizada a Cristian Díaz, puedes acceder a ella a través de Soundcloud.

¿Dónde quedamos los humanos?

Estamos aún lejos de que suceda un evento como el de la película I, Robot (2004), donde Sonny, un robot, adquiere conciencia propia. En esta cinta se presenta el debate de las diferencias entre robot y humano, por ejemplo en está conversación:

–¿Puede un robot transformar un lienzo en una hermosa obra maestra?

–¿Puedes tú?

Película: I, Robot

Quiero resaltar que no solo debemos enfocarnos en cómo supervisar el desarrollo de las tecnologías, sino también pensar en nuestras habilidades como humanos.

Según el siguiente post de Pictoline, hay habilidades que podemos cultivar para seguir a la par con el avance de la inteligencia artificial:

1. Pensamiento crítico.

2. Solución de problemas complejos.

3. Creatividad.

4. Inteligencia emocional.

5. Trabajo colaborativo.

Lunes · 29 · Enero · 2018

Habilidades contra la obsolencia Habilidades contra la obsolencia – La buena: los especialistas saben cuáles son las…www.pictoline.com

En nuestra nueva realidad, donde las máquinas evolucionan en lo que se siente un pestañeo, no debemos olvidarnos de mejorar nosotros también como humanos.

La foto principal de este artículo es de Shutterstock.

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