Protectores del tití cabeciblanco luchan contra tráfico ilegal y degradación de hábitats
Texto por
Laura Alejandra Pinzón Fajardo
Valentina Jaramillo Guaraca
Tras el peligro crítico de extinción en el que está el tití cabeciblanco (Saguinus oedipus), a nivel nacional se adelantan varios proyectos que buscan la recuperación, conservación y protección de esta especie endémica del Caribe colombiano.
Colombia se encuentra entre los diez países tropicales con mayores tasas de deforestación. El tití cabeciblanco fue declarado en peligro crítico de extinción en el año 2008, pues la destrucción y alteración de su hábitat, en conjunto con la cacería a la que es sometido para su tráfico ilegal, son las principales amenazas para la supervivencia de esta especie.
Sin embargo, la ampliación de la frontera agropecuaria para la ganadería, la agricultura y la minería ilegal, así como la expansión de las zonas urbanas, son las actividades que más impactan su hábitat.
En ese sentido, el Ministerio de Ambiente, junto con autoridades ambientales y la Fundación Proyecto Tití han desarrollado diversas estrategias y labores para mitigar estas amenazas y poder recuperar su hábitat.
La Fundación Proyecto Tití lidera el programa integral de conservación de este pequeño primate. Trabaja en el estudio de su comportamiento, su hábitat y se enfoca en la educación de las comunidades locales sobre la necesidad de proteger la biodiversidad en Colombia, mediante programas de desarrollo comunitario y educación ambiental.
Monitoreo de animales
La Fundación Proyecto Tití ha realizado dos censos poblacionales diseñados con una metodología basada en el comportamiento de la especie, el primero en 2006 y el segundo en 2013. Gracias a ellos se descubrió que se mantuvo el número estable de animales en Colombia: unos 7.000 ejemplares.
“Para 2022 pensamos realizar un tercer censo y mirar después de diez años qué tanto ha cambiado la situación, esperando pues que sea favorable y que por lo menos se mantenga o posiblemente que haya crecido”, sostiene Rosamira Guillen, directora ejecutiva del Proyecto Tití.
Guillen señaló que la fundación ha trabajado junto con las autoridades ambientales de los deparrtamentos de Atlántico y Bolívar, y ha logrado crear cuatro áreas protegidas que tienen como objeto la preservación del tití. Esas áreas ya suman casi 5.300 hectáreas, en tanto que la fundación cuentan ya con casi 300 hectáreas protegidas.
Apoyo comunitario
La directora también afirma que el proyecto utiliza métodos como la búsqueda de alternativas de fuentes de ingresos para las comunidades aledañas a los territorios de los titís, para formentar entre la gente la protección de esta especie.
En estos programas participan campesinos los cuales se benefician por conservar y proteger al animal, mujeres que son dedicadas a realizar artesanías en plástico reciclado con el fin de no promover el corte de los árboles, realizan peluches de titís para promover el proyecto y al año educan a 1.600 jóvenes de las escuelas locales, a quienes se encargan de concientizar acerca del tití con proyectos comunitarios.
Por otro lado, el coordinador del Grupo de Biodiversidad, Bosques y Restauración de Corantioquia, Juan Camilo Restrepo Llano, indicó que “el tití cabeciblanco ha sido priorizado dentro de los ejercicios de planificación de la corporación. En la actualidad se está considerando como especie amenazada priorizada en nuestro Plan de Acción 2020-2023, no solo por estar en categoría de peligro crítico, además por ser una especie endémica para Colombia y ser sujeto del tráfico ilegal”.
Acerca del tití cabeciblanco
Esta especie es igual en tamaño a una ardilla. Los monos tienen su pecho y vientre blancos, mientras en que su espalda y cola se cubren con un pelaje color negro y marrón. Sus uñas son en forma de garra lo que les facilita moverse y treparse en los árboles.
Su área de distribución está en el Caribe colombiano: Atlántico, parte de Bolívar, Sucre, Córdoba y en un sector del Urabá antioqueño. En Antioquia se encuentra en la margen izquierda del río Cauca desde el municipio de Puerto Valdivia. Habita en bosques muy húmedos, como también en secos tropicales.
Estos diminutos primates son una de las tres especies amazónicas de tití y desempeñan un papel importante en la expansión de semillas en los ecosistemas tropicales: suelen comer semillas que son bastante grandes, incluso más que las que consumen primates como los chimpancés y los babuinos.
La defensora del tití cabeciblanco
Rosamira Guillen, arquitecta con maestría en arquitectura paisajista, al conocer al tití y enterarse del proyecto de protección que estaba comenzando la bióloga Anne Savage en la Fundación Proyecto Tití, dejó de lado su profesión para dedicarse por completo a esta labor de conservar esta especie y se convirtió en directora de la entidad en Colombia desde que se creó hace 16 años.
Proyecto Tití, como fundación sin ánimo de lucro, para 2020 tenían planeado comenzar en Sucre, pero a raíz de la pandemia la idea se tuvo que aplazar.
El proyecto cuenta con el programa Investigación Científica, gracias al cual un grupo de biólogos monitorea a los titís y analiza cómo se reproducen, cómo es su comportamiento en el hábitat, cómo duermen y se alimentan, entre otros. Como programa integral de conservación, trabaja para reducir las amenazas a la supervivencia del animal.
Antioquia frente a la conservación de la especie
La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia), en su función de autoridad ambiental, es una de las instituciones que protege y trabaja por la seguridad de esta especie. La entidad cuenta con un plan de acción para la protección del tití cabeciblanco y disminuir el tráfico ilegal de esta y 130 especies más que sufren este flagelo.
Juan Camilo Restrepo Llano, zootecnista de formación con maestría en bosques y conservación ambiental, afirma que el tití cabeciblanco ha sido priorizado dentro de los ejercicios de planificación de la corporación.
“El Proyecto Tití es quizás el mejor referente de programa de conservación de esta especie en Colombia, su proyección principal la realizan en Santa Catalina, una reserva de la sociedad civil ubicada en el departamento de Bolívar”, afirma Juan Camilo Restrepo.
El funcionario anota que en la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos y Acuarios (Acopazoa), también ha priorizado la especie dentro de su quehacer y ha acompañado la estructuración del programa nacional impulsado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.