Debemos acudir a los antecedentes, en donde incluso desde la psicología ser homosexual, por ejemplo, era una enfermedad. De allí se han desprendido cantidad de teorizaciones y aunque desde esta misma disciplina y desde el punto de vista de la Organización Mundial de la Salud, ya no se concibe como tal, las resistencias sociales han sido muchas. Ahora bien, con mucha más vehemencia, las personas trans han cargado con el lastre cultural de que son fruto de familias enfermas o disfuncionales; sin embargo, el cuestionamiento que hay que hacer es: ¿cuántas de las familias de personas heterosexuales son disfuncionales y maltratadoras? Seguramente un gran porcentaje. Entonces, este pensamiento proviene de un prejuicio social en donde se quiere argumentar la “anormalidad”, a través de explicaciones poco fundamentadas. La diversidad y lo que se sale de lo heteronormativo siempre será visto como algo raro y se querrá ligar con explicaciones como esa. Cada vez más el mundo se abre a las diferentes posibilidades, pero aún falta mucho aprendizaje, incluyéndome a mí y al resto de personas que rodean a quienes valientemente han encontrado su congruencia: las personas trans.complejo para la familia, donde la culpa se puede exacerbar muchísimo más, como “pero era solamente apariencia, ahora cómo así que se va a cortar el pene o reconstruir una vagina”, eso causa un trauma, como es casi que una mutilación o algo que no estaba ya va a estar ahí, eso genera también culpa frente a lo que está sucediendo en ese momento, los padres seguramente la transmitirán a sus hijos e hijos. Estos grados de culpa aumentan o disminuyen según la dinámica familiar.