Estereotipos fallidos

Por: Mariana Caicedo Ángel y Santiago Morales Cano

La conocimos en octubre de 2019, estabamos en el mismo sitio, un bar en Porvenza. Ella, al estar tan cerca de nosotros, nos fue muy llamativa, su soltura al bailar y buena energía nos llamo la atención y mientras pasaba la noche, entre brindis y baile, nos ibamos conociendo; nos presento a sus amigas y viceversa, y asi nos integramos y compartimos una noche de tragos.

Michelle, es una mujer transgénero de 32 años de edad, una alta estatura -1.83 metros- , es espigada, delgada y a la vez esbelta. Su tez caucásica, con facciones pulidas y unos expresivos ojos que maquillan todo momento con tonos oscuros y que resaltan con sus pestañas largas y onduladas; su mirada trasmite no solo calidez, también, emite una profundidad; de quien ha sufrido, de quien se ha desarmado por completo y a renacido como definitivamente nuevo. Por donde pasa levanta miradas, unas de curiosidad, otras de recelo, otras de interés y otras más de morbo.

 

Su voz amable, amena y cordial, con su tono envuelve las palabras y cuando habla uno se siente invitado a escucharle y a entablar una conversación; sus ademanes y gestos complementan lo que expresa; ella empleada las manos como gesticula y se desenvuelve con mucha naturalidad, espontaneidad y soltura, tanto es así que uno puede notar su alta autoestima y confianza que irradian cada expresión que hace.

Su cabello lo mantiene bien cuidado, su cutis resaltado con rubor cobre y siempre lleva consigo un aroma que deja impregnado los lugares a donde va. Ella es vanidosa, claro, pero no por esto llega a tener una personalidad egocéntrica, chocante o narcisista, pensamos que su estilo es más bien el reflejo inequívoco de su amor propio y de su gusto por estar a la moda, elegante, bien vestida y reluciente. 

Es segura de sí y cuando conversa se siente un interés muy marcado por conectar con las personas.

Sus cualidades en cuanto a la belleza y al buen gusto contrastan con una personalidad sólida, misteriosa y profunda, este aspecto trasciende enormemente los prejuicios que a menudo se tienen sobre la comunidad trans, a quienes se les considera vacías, agresivas o superficiales; Michelle no lo es; ella es una mujer curiosa, singular, enormemente respetuosa y que gusta de aprender y vivir al límite su vida social e intelectual, aparte de que siempre está buscando aportar en lo que pueda a la sociedad.

Sus aficiones son muy diversas, disfruta enormemente bailar -lo que más le fascina son los ritmos latinos y la electrónica-, salir con sus amigos a conocer diferentes lugares, ver películas y series y entrenar unas 5 veces a la semana en el gimnasio. En variadas ocasiones nos ha expresado la recurrente motivación que tiene para querer ser mejor cada día en lo que hace, tanto en su apariencia como en su forma de pensar y de hacer las cosas. 

Tiene un gran carácter y además claras sus metas a corto y a largo plazo, es sin lugar a dudas una persona única, con algunas expresiones excéntricas y dulces a la vez, y en el fondo, se logra percibir que se abre por completo al mundo con honestidad, amor y franqueza.

¨Lo que más le fascina son los ritmos latinos y la electrónica"

En cuanto a sus sentimientos, debemos decir que es una persona sumamente demostrativa y expresiva con todo lo que siente, no le gusta para nada reprimir ni negar sus emociones, piensa que el amor es la gran solución a las dificultades que viven día a día las personas, trata siempre de conectar e interactuar con las emociones, sobre todo de quienes como ella han pasado por procesos similares en cuanto a la aceptación de sí mismos y a la búsqueda por encajar en una sociedad que todavía batalla entre los prejuicios más marcados y la comprensión de la diferencia. Su credo es el catolicismo, inculcado por su madre y con el cual ella siente una profunda conexión que la guía hacía cada cosa que hace, pues siente que las decisiones que ha tomado no la distancian para nada de su fe, y de cultivar su relación con Dios y con lo que considera espiritual. 

Su manera de pensar sorprende con su pensamiento ágil, es como si siempre tuviese las palabras en la boca, es altamente extrovertida y le encanta decir todo lo que piensa, aparte de que muy elocuente; tiene un bagaje enorme a la hora de hablar de cualquier tema, ya sea cultural, político o académico, no importa si lo que se está hablando tiene o no mucha trascendencia, su humor termina impregnando cada conversación de la que ella participa y esto hace que en realidad sea agradable a la hora de compartir con los demás. 

Es una persona increíblemente social, le gusta estar todo el tiempo rodeada de personas y compartir con ellas, sobre todo desde sus propias vivencias. 

En distintas oportunidades, nos dimos cuenta de lo importante que es para ella conocer las emociones y sentires de las personas, suponemos que esto es a razón de que en el fondo desea lo mismo con uno, que se logre una empatía emocional que facilite el relacionarse con los demás y ayudarles en lo que se pueda. Sentimos entre las cosas que le compartimos, que se interesaba honestamente por escucharnos, y más adelante nos dimos cuenta de que en realidad a ella le llama mucho la atención conocer la verdad de las personas con las que interactúa, mostrándose muy cercana y atenta a las necesidades de los otros.

"Es una mujer transgénero de 32 años de edad, una alta estatura -1.83 metros-, es espigada, delgada y a la vez esbelta"

En diversos encuentros que tuvimos con Michelle en lugares como la Bota del Día –bares- y El Salado –sitio turístico-, espacios que frecuentamos, tuvimos la oportunidad de desarrollar más confianza con ella y conocer más detalles sobre su realidad y su vida, que no ha sido fácil en sí, pues para nadie es un secreto que generalmente la vida de una persona trans atraviesa por distintas dificultades y asimilaciones y es, de esta manera, como entre los diferentes retos que le supuso su propia aceptación, la aceptación de su familia y la de sus amigos, pudo reconocerse con valía y con amor propio frente a su nueva identidad y frente a la sociedad. 

Según lo que nos manifestó en más de una ocasión, la etapa más dura para ella fue esa de aceptarse como una mujer trans –tenía 17 años-, y más que fue en una época en la que se sentía rechazada por algunos de sus compañeros en la escuela. Durante este tiempo estuvo muy presente el bullying en su vida y era evidente el rechazo constante que padecía, donde algunos de sus compañeros le repelían como persona; ella dice que durante esos momentos de marcado rechazo termina siendo muy crucial e importante el apoyo que se recibe de las personas que verdaderamente te aman y que están ahí para ti sin importar las adversidades, pues, fue gracias a ese soporte y a toda la comprensión incondicional que tuvieron quienes la acompañaron durante esos momentos de dificultad que ella siguió adelante. Tanto la madre de Michelle como el resto de sus familiares y verdaderos amigos han sido enormes fuentes de amor y de confianza para ella, lo que ha hecho que con el tiempo forme una personalidad fuerte y que a raíz de toda esa realidad que ella vivió se sienta convocada de alguna manera a ayudar a más personas que, como ella, afrontan su misma situación y realidad.

Lo que más nos impactó de su vida y llenó además de profundo asombro y admiración fue cuando nos enteramos de que en la actualidad Michelle trabaja con la Secretaría de Género del municipio de Envigado, como parte de una propuesta de la Alcaldía que busca el reconocimiento y la reivindicación de las personas trans y de sus derechos como población, aspecto que según ella la ha sensibilizado y le ha servido como razón de ser para buscar un lugar en la sociedad y para tratar de ayudar a quienes ven en ella un soporte, una ayuda, un reflejo.

Cuando tenía unos 13 años, su padre abandonó la familia, este aspecto que la marcó profundamente no fue razón suficiente para alejarla de sus motivaciones y de sus sueños, todo lo contrario, al parecer la relación con su madre ha sido tan formidable, honesta y afectuosa, que toda dificultad y duda que ella ha afrontado en la vida, la ha hecho de una y otra forma, quien hoy por hoy es, una mujer transgénero, convencida de lo quiere, convencida de lo que siente, fuerte emocionalmente y decidida hacia dónde quiere ir como persona. 

A través del tiempo, conocimos que hay profundas razones para estas personas al elegir ser trans, que esta decisión no es siempre algo circunstancial como pensábamos, pues Michelle se siente afín con su identidad de transgénero pero, no busca por ello ser transexual; es por esto que si bien ella ha tenido múltiples cirugías como la rinoplastia y la mamoplastia con el fin de cambiar su apariencia física de hombre a mujer, pues con respecto a su genitalidad es un tema bien distinto, ya que en este aspecto hay otras consideraciones importantes.

Afirma que “mujer es mujer” y que no busca ser una. Se siente cómoda con verse como una mujer y con aceptar su inclinación sexual por el género masculino; sin embargo, no por eso desea cambiar su genitalidad; además de todo esto, también nos compartió que no desea reconocerse como una mujer como tal frente a la sociedad, ella desea ser reconocida como transgénero, formando una identidad y un profundo significado con ello. 

Conocerla fue sumamente revelador y significativo para nosotros en todos los aspectos, tanto por su personalidad llamativa y agradable como por la apropiación que tiene de su razón de ser, interactuar con ella nos permite aprender más sobre estos seres humanos que se sienten cómodos y felices con ser trans. Michelle es, sin duda, un referente enorme para la sociedad, un reflejo de amor propio, de aceptación, resiliencia, comprensión y mucha, mucha autoestima.

¨Mujer es mujer"

Experiencia Periodística Innovadora

Universidad EAFIT

Ana María Córdoba

Mariana Caicedo

Santiago Morales

Sara Ramírez

Valentina Mejía