Perreo, techno, ambient, minimal synth. Fue la primera vez en toda la sesión de escucha que no detuvo ninguna de las canciones para dar su opinión. Solo escuchaba.
Esperó un rato antes de dar su apreciación sobre la última parte del ejercicio.
El motivo por el que basó su carrera en México es debido a que, antes de partir, la escena musical colombiana no eran lo suficientemente apoyada para florecer y ser reconocida de manera internacional como sí lo ha sido en otros países latinoamericanos. Por lo que el que artistas colombianos estén mostrando la iniciativa de crear su propia música, basada en sus raíces, apoyándose entre ellos, lo considera de admirar. Fue lo primero que le llamó la atención.
Si bien aún hace falta mucho trabajo para salir del underground, encuentra admirable que se está empezando a madurar la escena musical de la ciudad. teniendo no solo proyectos, sino también comportamientos más profesionales de los que eran apreciables hace unos cinco o seis años atrás.
“Por lo que escucho. Hoy en día el ser un artista serio en la música, en Colombia, es cada vez menos la idea loca de una persona joven que quiere buscarse una vía alternativa para poder vivir feliz”.
Aprecia que los músicos de la ciudad, sin dejar de respetar sus orígenes sonoros, no estén asustados de explorar nuevas formas de incorporar sonidos propios. Esto sin perder de vista el género al que pertenecen.
Siente que hay una comunidad que está forjándose un carácter y una personalidad clara producto de su ambiente y de su público. Si bien son underground en el momento, poco conocidos para el público mainstream. Se están tomando la responsabilidad que tienen como artistas en serio. desarrollando nuevas ideas y constantemente explorando nuevos sonidos y proyectos. Una muestra clara de que hay unos cimientos en los que están construyendo algo firme. Una escena en Medellín de la cual se puede hablar. De la cual se puede escribir. De la cual podemos sentirnos orgullosos.
Dando fin al ejercicio, hablamos por unas cuantas horas sobre estudio, trabajo y amigos. Sobre cosas ajenas al tema por el que nos reunimos. Cuando llegó el momento de despedirnos, Juan lanzó una pregunta que me sorprendió y que incluso nos hizo sentir alegres:
¿Cuándo es el próximo toque?