Let’s go: te lleva la Revolución de las fiestas a tu casa

Autor: Santiago Arbelaéz Arcila 

 
 
 

El pasado fin de semana, con muchas expectativas y un poco de incredulidad, decidí ser partícipe de una fiesta, aunque puede sonar extraño para algunos que me conocen; pero no fue una fiesta presencial, sino netamente virtual, liderada por la aplicación Let’s go.

Horas antes, recibí en mi casa algunos pasabocas debidamente etiquetados con el nombre del lugar que los vende, Emiliano: la taquería, además de una botella de tequila proveniente de DiscoSego. En las discotecas sucedía prácticamente lo mismo, llegar con un grupo de amigos, pedir algo de tomar, preferiblemente una botella para compartir y recibir una que otra degustación para acompañar el trago. 

Al principio fui escéptico sobre utilizar Let’s go como un medio de entretenimiento, me sorprendió gratamente, porque en un momento de incertidumbre como el que está atravesando la humanidad, realizar actividades que eran comunes y rutinarias, como celebrar, dialogar y ver rostros nuevos, aunque en este momento estén “prohibidas”, se convierten en una fuente de esperanza para las comunidades

 

Llegada la noche, di clic y me uní a una celebración con gente de otras ciudades que compartían los mismos intereses: disfrutar de la buena música variada, entre urbana y tropical, y, sobre todo, olvidarse sanamente de la época que estamos viviendo. Los asistentes bailaban desde su pantalla, la animación de los artistas invitados generó motivación e, incluso, hubo lugar para enviar mensajes a través de la pantalla e interactuar con otros.

Mi ciudad, Medellín, además de ser conocida por su pujanza, gastronomía y paisajes emblemáticos, se destaca por poseer una amplia variedad de sitios, como bares, restaurantes y discotecas accesibles para cualquier presupuesto; sin embargo, a raíz de la emergencia causada por la propagación del COVID-19, la música, las luces y el bullicio de la rumba en zonas como El Poblado ha sido remplazado por el silencio, las luces tenues del alumbrado público y la nostalgia de personas como yo, que añoran volver a esos tiempos que hoy parecen muy lejanos.

Esta historia comienza unos días atrás. Mientras revisaba las redes sociales, vi como algunos influenciadores invitaban a sus seguidores a unirse a una fiesta utilizando la plataforma Let’s go, la cual ofrece un link de Zoom para que las personas se unan completamente gratis a disfrutar de música en vivo con DJ Ángel y otros músicos conocidos en el ámbito local y nacional. 

Al indagar al respecto, pues desconocía de qué se trataba todo esto, Sergio Sánchez, el manager de proyectos de dicha plataforma, dejó clara su intención: “Lo que nosotros queríamos hacer es seguir dándole esa felicidad a la gente, un espacio donde se puedan desestresar, invitar a sus amigos, pero de una manera muy responsable”. Sergio, junto a tres amigos de su infancia: Esteban, Sebastián y Carlos, es el encargado de llevar el entretenimiento a cualquier lugar a través de la web.

Let’s go demuestra que aun cuando el panorama no es alentador para el regreso de las fiestas, el ingenio paisa sale a flote, haciendo uso de la conectividad que permiten los dispositivos electrónicos. De esta manera, la aplicación le da un giro virtual al concepto de celebración en Medellín. 

De acuerdo con Esteban Mora, el director ejecutivo de la aplicación, “la idea surgió porque el mundo se detuvo, literalmente; pero lo que no se detuvo fueron las ganas de la gente de seguir disfrutando”. En otros términos, la plataforma Let’s go ofrece a sus usuarios la oportunidad de unirse a una fiesta en vivo con otras personas desde la seguridad de su hogar. Zoom se ha convertido en el “lugar” de encuentro de jóvenes y adultos que desean vivir las mismas experiencias de una fiesta típica, pues además de conocer gente a través de las pantallas, disfrutan de la música de un Dj y reciben cócteles y degustaciones de comida, tal como en una discoteca.

Otra de las ventajas de Let’s go se centra en que no solo piensa en los usuarios, sino en los emprendimientos de comidas y bebidas que no están pasando una buena racha por estos días. Sergio Sánchez, dice que “Let’s go es una plataforma de entretenimiento; pero también servimos para promover DJs, bares y restaurantes; por eso, cada semana tratamos de estar con un sitio o emprendimiento diferente para ayudarlos a darse a conocer más aquí en la ciudad”. 

De esta manera, personas como DJ Ángel pueden continuar realizando su trabajo: “Ya siente uno que quiere tocar cada fin de semana en este proyecto, ver tanta gente conectada que te manda buena energía, ver artistas que se van vinculando al proyecto… Es algo que enriquece y más en estos momentos, donde hace falta una tarima”, dice.

Asimismo, las fiestas son gratis, es decir, cualquier persona puede ingresar y participar por los premios que se rifan durante las reuniones, que incluyen comida y licor, así como otros regalos acordes con la temática utilizada en cada sesión. Sergio Sánchez agrega que han hecho “fiestas temáticas como: México lindo y querido, hawaianas, también para hacer crecer las fiestas hemos hecho regalitos como cócteles a los influenciadores para que hablen de este proyecto e inviten a sus seguidores a que se unan”.

Las fiestas virtuales dejan muchas sensaciones, en mi caso una especie de sabor agridulce porque me divertí y me di cuenta que las personas siguen manteniendo un espíritu alegre a pesar de la adversidad, también sentí nostalgia porque no estaba rodeado de mis amigos, tampoco tengo la certeza cuándo volveremos a salir. Pero si hay algo de lo que estoy seguro es que Let’s go me acercó a una comunidad que sigue apostándole a la diversión, la música, la resiliencia y sobretodo la vida porque mantenerse alejados significa cuidarnos y preservar a los que amamos.

Así que, volvería a entrar a Let’s go para asistir a una reunión e incluso invitaría amigos a corroborar que esta plataforma es más que una aplicación de fiestas, es revolución e innovación en tiempos de crisis; para otros es un lugar de reencuentro, donde en medio de la virtualidad existe la forma de divertirse y recordar una de las funciones principales de la comunicación, socializar con otros individuos.