Los psicólogos tenían la costumbre de ofrecer el producto: la salud mental. Pero la evolución tecnológica, las redes sociales y la misma posibilidad de inmersión que han traído consigo, han causado que ellos, los psicólogos, se convirtieran en el producto. Y que hoy dudemos entre el mejor postor y el impostor.
Es común que cada generación hasta ahora haya caído en un distractor, como ataris, tamagotchis, pirinolas y otros. Esta generación ha sucumbido ante unas redes distintas, más atrapantes, distractoras y problemáticas como lo son las redes sociales. Sin embargo, mientras más se expanden, más se digitalizan los mercados, como es el caso de la atención médica y la salud mental.