Fotos por Simón Felipe Barrera Cardona y Andrés Mauricio Gómez Loaiza
Escrito por Simón Felipe Barrera y María José Escobar
La situación sanitaria en Necoclí se encuentra en crisis. Cada año pasan miles de migrantes por este pequeño pueblo. A su paso dejan animales, ropas, enseres, plásticos y morrales en las calles y los basureros. La recolección de basura y de prendas desechadas es también un modo de supervivencia para los que llegan sin dinero. Los migrantes recogen las prendas en los basureros, las lavan y las venden por 1.000 o 1.500 pesos.
Las chanclas son el calzado más usado por los migrantes que llegan hasta Necoclí.
La basura es parte del paisaje en las calles del municipio costero del Urabá antioqueño.
Entre 30 y 35 enseres hacen parte del equipaje de los migrantes en su paso por Necoclí y por la selva del Darién.
Una de las quejas más reiteradas de los habitantes de Necoclí es que los migrantes llenaron sus playas de desechos.
Una embarcación de pescadores de Necoclí utilizada por los migrantes como refugio durante del día y la noche.
Los migrantes que hacen tránsito entre Medellín y Necoclí aprovechan las áreas verdes de la carretera para descansar y acampar.