Una niñez deambulando

Texto y fotos Juan Gonzalo Betancur B.

Miles de menores de edad pasan meses, incluso años, andando de un lado para otro junto a sus padres, mientras las familias logran estabilizarse en un sitio o llegar a su destino final. Los impactos negativos sobre esos pequeños son de proporciones impresionantes.

Para la subida a los botes que parten a las seis de la mañana, las familias deben estar pendientes de su turno desde las primeras horas del amanecer.
Esta familia acaba de recibir de regalo un cargador para llevar a su bebé en la travesía por la selva. Si no hubiera sido así, habrían tenido que llevarlo en brazos por el pesado camino.
Necoclí y los migrantes incluso duermen afuera de sus instalaciones.
Esta familia acaba de recibir de regalo un cargador para llevar a su bebé en la travesía por la selva. Si no hubiera sido así, habrían tenido que llevarlo en brazos por el pesado camino.
Son escasos los grupos de migrantes donde no haya niños y muchas las familias encabezadas por mujeres.
A falta de juguetes, los niños encuentran en la arena de la playa algo para entretenerse.
Esta familia llega al embarcadero a esperar su turno en la lancha que los llevará al otro lado del golfo de Urabá.
El bello paisaje pierde su brillo en medio de la tragedia humanitaria de la migración.