Epílogo: “Gracias a Dios no morimos en el Darién”

Por Valeria Jaramillo Giraldo

La travesía de un migrante es impredecible: toma rumbos inciertos, giros sorpresivos y caminos contrarios, que pueden cambiarlo todo de un momento a otro.

Transcurrió más de un mes desde mi último contacto con Joel. A unos días de la publicación de su historia, estuve navegando a través de la red social Facebook, intentando localizar su perfil, después de perder su rastro por WhatsApp. 

Entre las búsquedas encontré en sugerencias el nombre de “Francisco Johse Paredes”. De inmediato lo reconocí: se trataba del mismo Francisco con el que hablé en las playas de Necoclí, y quien según Joel, posiblemente estaba muerto tras haber sido arrastrado por la corriente de un río, atravesando el Tapón del Darién. 

Me adentré en su perfil y descubrí que la última publicación compartida tenía fecha del 10 de febrero de 2023. Además, hasta diciembre de 2022 subió una serie de fotografías junto a su esposa Dailimar.

Lo que estaba viendo era sorprendente. De acuerdo a lo que yo sabía, su presunta muerte había ocurrido en octubre. En ese momento tuve dos hipótesis. Por un lado, podría ser que alguien estuviera suplantando su perfil. La otra, la más optimista y posible, era que en realidad estaba vivo.

Busqué más a fondo y encontré el perfil de Dailimar, su esposa. Le mandé la solicitud de amistad y en cuestión de horas la aceptó. En su Facebook compartía publicaciones casi a diario, lo cual respaldaba mi segunda hipótesis, puesto que las coincidencias crecían.

Me impresioné. Todo parecía irreal, pero realmente estaba sucediendo. Y en medio de mis incógnitas, prevalecía el alivio y la alegría que me producía saber que la esperanza de que estuvieran vivos se convertía en un hecho.

Le escribí preguntándole si me recordaba y le compartí la versión de Joel sobre lo que les había pasado cruzando la selva. Dailimar me respondió mediante audios, y en cuanto escuché su voz supe que efectivamente era la misma persona que conocí en Necoclí. 

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Dailimar

No se preocupe que estamos bien. Gracias a Dios con la ayuda que ustedes nos dieron salimos adelante y ya llegamos a nuestro destino. Me sorprende mucho lo que le dijo Joel. Entramos hace seis días a Estados Unidos. Gracias a Dios no morimos. A mi bebé le falta mes y medio para que nazca, va a ser una nena, una guerrerita. 

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Me entusiasmé mucho por ellos. Desde que los vi en la playa simpaticé con ambos y deseé el bienestar para su bebé. Conocía los desafíos que implicaba un embarazo durante la travesía. Es, como dice Dailimar, una guerrera de la vida, que ya ha librado batallas sin nacer. Por fortuna estaban a salvo y habían logrado llegar los tres a la meta pese a los padecimientos del trayecto. 

También la cuestioné respecto a lo que en verdad sucedió en la selva y cómo se separaron de Joel. 

Francisco y Dailimar. Foto tomada de Facebook.

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Dailimar

Joel por todo el camino se la pasaba diciendo mentiras, y ya no quisimos andar más con él. A mí me daba pena porque él se la pasaba jurando por hijos que no tenía. Yo decía: no podemos jurar por alguien que no existe.

Y yo sí tengo mis hijos, entonces me dolía que él jurara en vano. Por eso preferimos alejarnos de él y seguir nuestro camino solos. Eso le molestó mucho. Joel no ha podido pasar. Yo digo que el que obra mal le va mal. Y nosotros si logramos pasar. 

Pasamos muchas situaciones en la selva. Joel siguió su camino sin su tío, por eso Dios lo tuvo que haber castigado. A mi pareja y a mí nos tocó seguir adelante y ayudar al tío. Duramos ocho días en la selva porque en el segundo día nos perdimos. También nos quisieron secuestrar. Mi pareja se enfermó y estuvo muy mal, pero yo estuve ahí con él, nos ayudamos el uno al otro. No supimos más nada de Joel, más nada. Lo último fue que lo habían regresado hasta Panamá. 

Acá tenemos donde quedarnos, Dios nos mandó una familia que nos está ayudando mucho. Podemos descansar y estar más tranquilos. Mi esposo está trabajando también, todo es obra de Dios. Muchas gracias a usted por preocuparse y escribirnos, de verdad no sabíamos lo que estaba pasando. 

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Después de aquella conversación quedamos en mantener el contacto. Habitualmente comparte fotografías y videos en Facebook  junto a su esposo Francisco, en los cuales demuestran el amor y unión que les permitió cruzar la meta de la mano.