¿Por qué consumo marihuana recreativa?
David del Castillo es un bogotano de 33 años que actualmente reside en Medellín. Es chef especializado en comida italiana y ha trabajado en varios restaurantes de El Poblado, después de haber vivido y trabajado por tres años en Buenos Aires, Argentina. David ha usado la marihuana de forma recreativa por más de la mitad de su vida. Tuvo su primer acercamiento a la planta entre los 14 y 15 años –no recuerda exactamente la edad–-, gracias a su grupo de amigos. Su motivación principalmente fue por aceptación social. “No sé si fue por el miedo que mi mente controló la situación, pero no percibí un gran efecto. Sentí algo diferente, pero no fue una sensación fuerte”, recuerda.
Unos días después volvió a probar un porro de manera más consciente. Aquella vez fue diferente, porque sintió “los síntomas clásicos de los primeros consumos: paranoia, que lo persiguen a uno y esa sensación de que todo el mundo sabe que uno está bajo los efectos del cannabis”. A medida que el tiempo iba pasando, sus intereses cambiaron con respecto al consumo de marihuana. De joven solo lo hacía para compartir con amigos en reuniones. Ahora, “los efectos psicoactivos de la planta son los que me llaman la atención porque lo sacan a uno de la rutina, de lo común, de la realidad que uno busca esquivar”, aclara.
Su estilo de vida cambió por un tiempo, por lo que dejó de consumir marihuana de manera constante, lo hacía una vez cada dos meses o menos. Duró así cerca de cinco años. Cuenta que no le hizo falta, las pocas veces que consumía era por cuestión social, mas no porque sintiera necesidad de hacerlo.


Por cosas de la vida, David volvió a sus antiguos hábitos, así que usó otra vez la marihuana más o menos a los 26 años, pero esta vez fue diariamente, pues su salario del momento se lo permitía. En esta ocasión, buscaba un “beneficio: tranquilidad” para alivianar la naturaleza estresante que caracteriza al sector gastronómico. “Siempre llegaba en la noche y había la posibilidad de fumar”, comenta mientras recuerda sus días en una de las cocinas argentinas en las que trabajaba.
David reflexiona con respecto a su experiencia y menciona que no fue como la gente decía que iba a ser muy psicoactiva y que “iba a perder el control, realmente no fue así”. David entiende el cannabis como una herramienta para ayudarlo a pensar y para hacer un ejercicio de introspección personal. Es por esto que recomienda su consumo a otras personas, pues considera que se debería usar “por una tranquilidad mental” sin miedo a volverse adicto y a perder el control como comúnmente se piensa.