Juan Camilo Escobar Villegas es historiador, trabaja en la universidad Eafit como profesor de planta desde 1995, donde hace parte del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas; además, es fundador y participante de el grupo cultural conocido como Sociedad, Política e Historias Conectadas. En esta oportunidad, el historiador habla con Bitácora sobre la participación de Colombia en la guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur en 1950; explica la situación política y económica en la que se encontraba el país en ese momento.

¿Por qué Colombia terminó luchando una guerra que no era propia en un país tan lejano como Corea?

la universidad Eafit como profesor de planta desde 1995, donde hace parte del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas; además, es fundador y participante de el grupo cultural conocido como Sociedad, Política e Historias Conectadas. En esta oportunidad, el historiador habla con Bitácora sobre la participación de Colombia en la guerra entre Corea del

 

Realmente la Guerra de Corea que se llevó a cabo entre 1950 y 1954, fue una guerra que no estaba directamente afectando intereses o posiciones colombianas, pero en cierta forma, Colombia hacía parte, desde unas décadas atrás, de un tipo de relación internacional o internacionalismo político que se había ido construyendo en torno a los Estados Unidos. Es un acuerdo que viene de atrás, en el cual Colombia hace parte de un bloque liderado por los Estados Unidos, que en primera instancia se presenta como un bloque panamericano. Luego, después de la Segunda Guerra Mundial, se convierte en un bloque occidental y defiende un modelo económico capitalista y político liberal, que se opone a ese otro modelo económico comunista”.

 

¿Cuál fue el papel de los soldados colombianos en esta guerra?

 

“Son cerca de 5.000 soldados que atienden este llamado. Entre oficiales y soldados rasos, incluso parece que no todos eran soldados bien formados, hubo también voluntarios sin mucha experiencia,cCon una formación que se tuvo que mejorar en la misma Corea por parte de los comandantes norteamericanos. Su participación es respaldada por el Congreso y el gobierno colombiano. Un gobierno que está en estado de guerra interna, a cargo de Laureano Gómez, Presidente colombiano elegido en 1950, quien promueve el partido conservador en el ala más radical y se enfrenta al mismo tiempo a un país que está en un enfrentamiento muy violento con el partido liberal. Esta es la famosa época de la violencia política en Colombia en la cual se necesitan también armas para que el país pueda enfrentar lo que está sucediendo en el campo, que es la formación de guerrillas liberales”.

 

 

¿Cuál fue la razón de ese apoyo militar?

“Laureano Gómez fue un hombre muy radical, fanático, que tenía una vieja lucha contra el liberalismo y consideraba que este tenía una gran cercanía al comunismo. Apoyó el envío de soldados a Corea por dos razones: le permitía consolidar más su ideología como partidario para enfrentar al comunismo, y le permitía conseguir con Estados Unidos algunas armas para poder combatir internamente el conflicto; además de lograr que EE.UU. consolidara más el apoyo a Colombia para enfrentar a las guerrillas liberales. La decisión le permitió tener a Laureano una mejor defensa de su ideología, un mejor armamento para su ejército. Algo importante, y que está basado en testimonios de protagonistas de la guerra, es que se dice que muchos de los soldados que se enviaron a Corea venían de familias liberales; eso sirvió para que el ejercito fuera conservatisándose más, volviéndose más partidarios del gobierno conservador”.

 

¿Cómo cambiaron las relaciones exteriores del país por la participación en esta guerra?

 

“En la época de la Guerra de Corea no hay una acción completamente extraña o novedosa. Durante la Segunda Guerra Mundial, Colombia le declara la guerra a Alemania, Italia y Japón al lado de Estados Unidos y hace parte del Sistema Panamericano muy fuertemente creado a través de la consolidación de la Organización de Estados Americanos y el tratado de asistencia recíproca de los países americanos. Pero que se vuelve mucho más fuerte con la Guerra Fría, el enfrentamiento entre la Unión Soviética y Estados Unidos y de estas dos propuestas ideológicas y políticas que se conocen como Capitalismo y Comunismo. En medio de este conflicto ideológico, la ONU y EE.UU. empiezan a motivar y apoyar la participación de otros países del mundo occidental. Colombia acude a Corea porque hay incluso un predominio capitalista en la Organización de Naciones Unidas, que es fundamentalmente de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial”.

 

 

¿Por qué otros países no atendieron al llamado de Corea del Sur, y precisamente fue Colombia?

Económicamente muchos países latinoamericanos sí atendieron el llamado. La idea de apoyar a Estados Unidos fue fundamentalmente del gobierno de Laureano Gómez, su empeño era enfrentar a los liberales que se estaban organizando militarmente, pero también en defensa de las acciones de los mismos conservadores. Argentina, Brasil, Perú y México dieron dinero para apoyar al ejército de Estados Unidos, pero no en grandes cantidades. A comienzos de 1950, cuando la Organización de Naciones Unidas hizo la solicitud de enviar tropas y ayudar a Corea, todavía no gobernaba Laureano Gómez, gobernaba Mariano Ospina Pérez, quien decretó que no tenía condiciones para enviar ni dinero y mucho menos militares por los problemas internos que se estaban enfrentando. Al principio hay una negativa similar a los otros países latinoamericanos. Luego, cuando Laureano Gómez ganó las elecciones, se enviaron los contingentes militares.”

 ¿Estaba nuestro ejército capacitado para un enfrentamiento así?

“No, así que no se tenía la capacidad. Obviamente eran soldados menos preparados para una guerra de ese tipo comparado con los soldados norteamericanos u otros soldados que estuvieron allí, esa guerra la apoyaron también bastantes soldados ingleses, franceses, turcos, belgas, australianos y canadienses que estaban más preparados que los colombianos.  Sin embargo, de acuerdo con las fuentes consultadas, algunos de los militares que fueron a Corea, lo hicieron con gusto y a voluntad porque veían en Corea la posibilidad de vivir más directamente su profesión como militares”.

 ¿Alguna vez se había participado de una guerra similar?

“La Guerra de Independencia fue una guerra bélica de carácter nacional e internacional, enfrentarse a España fue un enfrentamiento militar de grandes dimensiones. Luego hubo otros enfrentamientos pequeños con Perú, después de la independencia, en lo que era Colombia unida con Venezuela y Ecuador, se enfrentaron con Perú en 1827 y también en 1932. De resto, son pocas las guerras extranjeras que se han experimentado”.

¿Aún se recuerda esa guerra?

“Por ahí se oyen algunas noticias de vez en cuando, cuando muere alguno de los soldados o cuando se celebra algún recuerdo en términos de las batallas que se llevaron a cabo, o cuando algún historiador del ejército escribe algún capítulo, pero no es algo que esté realmente en la memoria colectiva nacional como un gran acontecimiento porque no tenía mucho que ver con lo que estaba sucediendo en Colombia, obviamente ha tenido un significado y sigue teniendo un significado político, porque sirve como herramienta de negociación con Estados Unidos”.

¿Cuáles son las consecuencias políticas de apoyar una guerra?

Esa Guerra de Corea aún no ha terminado, en términos concretos, se hizo el armisticio con una franja que no se puede tocar y al mismo tiempo cada país terminó consolidándose con su estilo económico y político. Pero es una tensión que está ahí permanentemente, esta tensión no ha quedado resuelta y más aún que Corea del Norte ha desarrollado un armamento nuclear en oposición a los Estados Unidos y al bloque occidental. Entonces el efecto político de esa guerra sigue latente y vuelve cada cierto tiempo, cada vez que Corea del Norte en particular hace un movimiento militar y ahí se crean tensiones que crean temores en la comunidad internacional. Toda guerra termina siendo no solamente un gasto económico, sino también humanitario. 

El siglo XX, después de la segunda guerra mundial, consolidó con una postura pacifista en las relaciones internacionales; un ideal de la modernidad contemporánea es la paz, por las vías políticas y no por la guerra y eso cada vez se ha ido consolidando más”.

¿Cómo ha determinado la relación de Colombia con Estados Unidos?

“Colombia, como la gran mayoría de países latinoamericanos, la sufren, otros dirán que obtienen la protección de Estados Unidos, que al mismo tiempo encuentra en los territorios latinoamericanos la existencia de riquezas muy importantes para el funcionamiento de su economía, no solamente desde el petróleo sino muchas otras materias primas que tienen que ver con su industrialización. Esto hace que las relaciones entre Estados Unidos y los países latinoamericanos sean mucho más interesantes y cree lazos de cooperación y “solidaridad”. Colombia ha tenido una postura muy pronorteamericana, incluso después de la Guerra de Corea, ha sido un aliado estrella de los Estados Unidos en sus proyectos internacionales, en concreto incluso en Latinoamérica y en la posición que toma frente a Venezuela, Colombia es su principal aliado. Digamos que ahí hay una vieja historia que se sigue presentando entre ambos países como dos aliados íntimos. Se ha tenido una historia con estrechas relaciones con Estados Unidos. La historia de haber llevado al Batallón Colombia a Corea le sirvió y ha servido a Colombia no solo para mejorar sus condiciones militares en estos años hasta hoy en día, sino también cuando se está negociando temas importantes como el Plan Colombia, se recuerda la presencia y el esfuerzo en la guerra”.

¿Cuál ha sido el papel de Colombia en la lucha de los países capitalistas contra el comunismo?

“Desde el presidente Laureano Gómez, se encuentra un gran empeño para enfrentar el comunismo. No es fácil ese enfrentamiento liberal-conservador de grupos que viven con una pasión muy beligerante por las diferencias ideológicas, porque las diferencias ideológicas son fanáticas y excluyentes, es decir, discriminan de manera casi mortal a sus adversarios y eso produce un lenguaje violento que se concreta en acciones violentas.

Colombia en general, en el siglo XX y en las décadas que lleva del siglo XXI, ha enfrentado el comunismo como un enemigo muy peligroso, los gobernantes colombianos han mantenido una actitud muy irreconciliable entre los grupos de tradiciones o legados comunistas.

Estos partidos comunistas se han ido transformando de todas formas porque ya no es fácil defender un pensamiento comunista marxista-leninista y han ido debilitándose cada vez más y transformándose en partidos socialdemócratas, es decir partidos que combinan prácticas de carácter socialista en las que hay una importancia grande en la intervención del estado en la economía y en la distribución de los ingresos y al mismo tiempo una presencia de la libre iniciativa y la propiedad privada de los medios de producción.

Aunque en Colombia que tiene una constitución muy del tipo socialdemócrata, sus gobernantes no han sido capaces de desarrollar plenamente el proyecto de sociedad y economía que se plantea plenamente en esta Constitución, porque no han comprendido bien que los proyectos comunistas y sus defensores se han ido transformando. A los gobernantes colombianos les ha costado trabajo entender los contextos y los procesos históricos que han ido transformando a los comunistas y los han ido convirtiendo en socialdemócratas y no estrictamente comunistas leninistas”.