¡Qué feliz me hace leerte tan pronto! No te abrumes, cada día somos más personas como tú o como yo que deseamos generar un cambio real en nuestra Tierra. Quisiera poder estar a tu lado y transmitirte la misma tranquilidad que me da oír el cauce de las quebradas.  

¡Claro que resolviste mi duda sobre la quebrada La Sanín! Tú siempre dándome el dato exacto. No sabía que eran cuatro los momentos que viajaba el agua de manera subterránea, pero ahora podré explicarles esto a mis otros compañeros de recorrido.  

Es así, Zary. Eso que dices es la triste verdad y espero, por el bien de todos los humanos, que la Tierra aún no nos pase factura por apropiarnos sin remordimiento de lugares que no eran nuestros. En mi recorrido nocturno nos explicaba Esneider, el ingeniero del Siata del que te hablé, que al tratar de crear espacios para edificar, debimos canalizar las quebradas que han “interferido” en el desarrollo urbano de la ciudad, pero haciendo esto hemos transformado las quebradas en corrientes peligrosas, ya que estas en su cauce natural bajan dando curvas (en zigzag), pero al canalizarlas bajan con un poder de arrastre mayor al no tener rocas, troncos y vegetación que pueda reducir su velocidad.  

Sería, como bien dices, un mundo utópico, lleno de vida y, seguro, más verde. Pero ahora mismo vivimos en un mundo distópico, siendo una sociedad indeseable en sí misma, donde quitamos y nos apropiamos de todo lo que se nos pone enfrente. Al igual que tú, eso me repudia. Pero recuerdo una clase con el profesor Darwin donde llevó una invitada, si mal no recuerdo su nombre es Cristina, una divulgadora científica que nos habló de estos mundos utópicos y distópicos. Tengo el contacto de ella, me encantaría que la conocieras y charláramos un rato con ella.  

¡Somos el equipo perfecto! Siento que tú eres una quebrada que fluye a toda velocidad y yo tu roca que te mantiene estable y hace que no te desbordes. Qué lástima que no hubieses visto la quebrada por una estructura antinatural construida por nosotros, pero veo que no perdiste el tiempo y aprendiste del ecosistema y la urbanización del sector. Pero sabías también que, además de encarcelar las quebradas, haciendo estás más inestables, también exterminamos por completo la vida natural. Nos decía Esneider que al canalizar mueren todos los ecosistemas posibles, acabando con gusanos, mariposas, zarigüeyas y demás seres vivos de la zona.  

Ten cuidado, sé que siempre eres precavida, pero siempre tengo la necesidad de recordarte que te cuides, eres mi persona favorita en el mundo y no quiero que nunca te suceda nada. Mi recorrido nocturno fue más teórico. Allí nos hablaron, a mí y al grupo que mandó el profe Darwin, sobre muchos conceptos y datos de La Presidenta. Uno de ellos, el que más me llamó la atención y también me puso a reflexionar sobre las decisiones que tomamos como sociedad, fue que a esta quebrada, muchos años atrás, le cambiaron el cauce para hacer que se uniera con La Poblada, lo que hace que en la actualidad el sector de Patio Bonito se inunde en las temporadas de lluvias. Pienso mucho en cómo algo que hagamos hoy puede repercutir en el futuro. 

Luego de hacer el recorrido terminamos en Cuernavaca, un restaurante mexicano chiquito en Provenza, pero sus tacos son los mejores de la ciudad, sin duda.  

¡Cómo crees que se me va a olvidar el Día Internacional de la Madre Tierra! Lo tengo marcado en mi calendario hace semanas, nunca lo olvidaría. Adoro leer e imaginar tu cara emocionada explicando todo sobre el sistema solar… Eres increíble, Zarya. Cuento las horas, los minutos y los segundos para verte y que nos contemos todo con lujo de detalles, obvio, acompañado de una deliciosa comida.  

¡Te mando un abrazo y un beso Zarya, hasta la próxima! 

 Amaya