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Si tú fueras una roca serías una ígnea, porque siempre absorbes lo mejor de las personas…
Hoy fue un día lluvioso, lo que me recuerda lo mucho que amas estar bajo las cobijas viendo series de vampiros o, en su defecto, alguna película futurista de ciencia ficción.
Te extraño. Ha sido un día largo; de pie, bajo el sol, descubriendo olores, texturas, personas, animales, entre muchas otras cosas. Algo positivo es que fue una jornada de grandes hallazgos, lo malo es que me encantaría que estuvieses conmigo para vivir esta gran experiencia juntas, pues sé lo mucho que te apasiona aprender y entender cómo fue, es y, posiblemente, será el planeta Tierra.
La mayor conclusión del día es que la población se equivoca cuando piensa en el fin del planeta Tierra. Realmente el planeta no se acaba, se regenera, lo único temporal son las especies que transitan el gran globo terráqueo de 6,371 kilómetros de radio sobre el cual estamos paradas. Pocos lo entienden, creo que incluso lo hablamos con el profe Darwin, pero ¿cuántas extinciones masivas han sucedido en la Tierra? ¿lo recuerdas?
En fin, te cuento: nuestro recorrido comenzó en el barrio San Javier, puntualmente en el sector de El Danubio, frente a una fachada llena de grafitis, discos de acetato y canecas coloridas, en las que la comunidad hace compostaje. Es raro encontrar este tipo de cosas, personas que se ocupan del cuidado del entorno.
En San Javier existe un centro cultural de hiphop y grafiti, Casa Kolacho, no sé si lo conoces, tiene la iniciativa de generar consciencia social y ambiental a partir del arte. Me encantaría volver allí contigo, sé que hablarías por horas con Nerón, un rapero del colectivo y una de las personas más interesantes que conocí en esta caminata.
A las tres y media de la tarde nos encontramos con Geovany, el geólogo. El profe Darwin sugirió que lo invitáramos, pues su especialidad es hablar de riesgos e historia. Conversamos por horas sobre el cambio, la evolución y la inteligencia de la Tierra. Reafirmé lo que tanto hemos debatido en clase: las rocas son los mejores testigos de la Tierra; su forma, color, posición y peso hablan, tienen memoria, son tan andariegas como el agua: viajan, se hospedan, recogen información y luego, si el agua es tan fuerte para transportarlas, vuelven a coger ruta cauce abajo.
¿Sabes? Si tú fueras una roca serías una ígnea, porque siempre absorbes lo mejor de las personas, en cambio yo sería una… metamórfica, porque siempre me adapto a mi entorno. Mejor dicho, somos la dupla perfecta.
No sé cómo va tu proyecto en el sur de la ciudad, espero que marche bien y que estés aprendiendo tanto o más que yo. A pesar de la lluvia, conversar con este profesor que ha trabajado con el Siata, el sistema de alerta temprana del Valle de Aburrá; el parque Arví y, además, ha desarrollado tantos planes de ordenamiento territorial. Me permitió dimensionar la responsabilidad que tenemos con nuestro entorno, con la memoria del espacio y el cuidado, que de alguna forma vela por nuestra existencia prolongada en el planeta Tierra.
El agua tiene memoria, y aunque parece que tenemos control de ella, realmente no es cierto, nunca lo será, no podemos controlar algo tan grande y menos algo que existe hace 4.600 millones de años. Nosotros solo llevamos alrededor de 300.000 años, y eso pensando en el antepasado más evolucionado de todos, aun así, nos creemos las reinas y reyes del mundo, somos tan pequeños, pero podemos hacer tanto. Geovany dice que en la teoría del calendario cósmico, del que hablaba Carl Sagan, si el mundo se hubiese creado en un día, los humanos solo hemos existido un segundo, quizá un poco menos, solo pensé en lo afortunada que soy por existir al mismo tiempo que tú.
Con amor,
Zarya
Hoy fue un día lluvioso, lo que me recuerda lo mucho que amas estar bajo las cobijas viendo series de vampiros o, en su defecto, alguna película futurista de ciencia ficción.
Te extraño. ha sido un día largo; de pie, bajo el sol, descubriendo olores, texturas, personas, animales, entre muchas otras cosas. Algo positivo es que fue una jornada de grandes hallazgos, lo malo es que me encantaría que estuvieses conmigo para vivir esta gran experiencia juntas, pues sé lo mucho que te apasiona aprender y entender cómo fue, es y, posiblemente, será el planeta Tierra.
La mayor conclusión del día es que la población se equivoca cuando piensa en el fin del planeta Tierra. Realmente el planeta no se acaba, se regenera, lo único temporal son las especies que transitan el gran globo terráqueo de 6,371 kilómetros de radio sobre el cual estamos paradas. Pocos lo entienden, creo que incluso lo hablamos con el profe Darwin, pero ¿cuántas extinciones masivas han sucedido en l Tierra? ¿lo recuerdas?
En fin, te cuento: nuestro recorrido comenzó en el barrio San Javier, puntualmente en el sector de El Danubio, frente a una fachada llena de grafitis, discos de acetato y canecas coloridas, en las que la comunidad hace compostaje. Es raro encontrar este tipo de cosas, personas que se ocupan del cuidado del entorno.
En San Javier existe un centro cultural de hiphop y grafiti, Casa Kolacho, no sé si lo conoces, tiene la iniciativa de generar consciencia social y ambiental a partir del arte. Me encantaría volver allí contigo, sé que hablarías por horas con Nerón, un rapero del colectivo y una de las personas más interesantes que conocí en esta caminata.
A las tres y media de la tarde nos encontramos con Geovany, el geólogo. El profe Darwin sugirió que lo invitáramos, pues su especialidad es hablar de riesgos e historia. Conversamos por horas sobre el cambio, la evolución y la inteligencia de la Tierra. Reafirmé lo que tanto hemos debatido en clase: las rocas son los mejores testigos de la Tierra; su forma, color, posición y peso hablan, tienen memoria, son tan andariegas como el agua: viajan, se hospedan, recogen información y luego, si el agua es tan fuerte para transportarlas, vuelven a coger ruta cauce abajo.
¿Sabes? Si tú fueras una roca serías una ígnea, porque siempre absorbes lo mejor de las personas, en cambio yo sería una… metamórfica, porque siempre me adapto a mi entorno. Mejor dicho, somos la dupla perfecta.
No sé cómo va tu proyecto en el sur de la ciudad, espero que marche bien y que estés aprendiendo tanto o más que yo. A pesar de la lluvia, conversar con este profesor que ha trabajado con el Siata, el sistema de alerta tempranas del Valle de Aburrá; el parque Arví y, además, ha desarrollado tantos planes de ordenamiento territorial. Me permitió dimensionar la responsabilidad que tenemos con nuestro entorno, con la memoria del espacio y el cuidado, que de alguna forma vela por nuestra existencia prolongada en el planeta Tierra.
El agua tiene memoria, y aunque parece que tenemos control de ella, realmente no es cierto, nunca lo será, no podemos controlar algo tan grande y menos algo que existe hace 4.600 millones de años. Nosotros solo llevamos alrededor de 300.000 años, y eso pensando en el antepasado más evolucionado de todos, aun así, nos creemos las reinas y reyes del mundo, somos tan pequeños, pero podemos hacer tanto. Geovany dice que en la teoría del calendario cósmico, del que hablaba Carl Sagan, si el mundo se hubiese creado en un día, los humanos solo hemos existido un segundo, quizá un poco menos, solo pensé en lo afortunada que soy por existir al mismo tiempo que tú.
Con amor,
Zarya
Directora
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Productor transmedia
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Editoras
María José Gaviria
Nicole Rubinstein
Líder audiovisual
Valentina Montoya
Community Manager
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Minero de datos
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Gestor de comunidades
Samuel Lee Alfaro
Líder de plataformas
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