infografía interactiva
África: pobreza y COVID
Por Tomás Maya &
Jossi Barbosa
África
Un continente reconocido por la miseria, la hambruna y las dificultades. En oportunidades no se tiene una visión diferente, y ahora con el COVID-19 los demás aspectos, catalogados como “secundarios”, han pasado a otro plano, para ser más ignorados. Una zona del mundo de la que se habla de infinidades de problemas en diferentes esferas, pero no se reconocen sus causas y consecuencias, se ignora el contexto y se omite la realidad.
Paises
África occidental
Benín
Burkina Faso
Costa de Marfil
Gambia
Ghana
Guinea
Guinea-Bisáu
Liberia
Malí
Mauritania
Níger
Nigeria
Senegal
Sierra Leona
Togo
África central:
República Democrática del Congo
República del Congo
República Centroafricana
Chad
Camerún
Gabón
Guinea Ecuatorial
África oriental:
Kenia
Tanzania
Uganda
Ruanda
Burundi
Yibuti
Eritrea
Somalia
Etiopía
Sudán del Sur
África austral:
Angola
Botsuana
Lesoto
Malaui
Mozambique
Namibia
Sudáfrica
Suazilandia
Zambia
Zimbabue
“No hay barbarie comparada con la del colonialismo. África nunca se recuperó.”
Panorama general
La situación que afronta el continente hoy en día no es ajena al contexto mundial en el que nos hemos visto involucrado por el coronavirus. Sin embargo, en África todo parece llegar a un punto más desolador: el abandono de décadas es más notorio en medio de esta crisis global, las problemáticas llegaron a su punto máximo y en ámbitos como el económico, lo alimentario o de la salud el panorama es crítico.
En África las cifras indican que existen dos médicos por cada 10.000 habitantes. La Organización Mundial de la Salud estima que debe haber al menos 23 trabajadores sanitarios por cada 10.000 personas para cubrir las necesidades de atención primaria. La mayoría de los países africanos quedan muy por debajo de esta cifra.
El acceso a la electricidad en África es preocupante, teniendo en cuenta que en muchos lugares del mundo, a pesar de que hay pobreza, los porcentajes de electricidad sobrepasan el 70%, como es el caso de Pakistán. Sin embargo, también hay contrastes dentro del continente con casos como los de Argelia y Níger, países que son fronterizos, pero en este primero el 100% de su población tiene acceso a electricidad, mientras que en el segundo tan solo un 17,6%. Caso similar con Egipto y Chad, naciones que también limitan, pero en este porcentaje presentan un 100% y 11,7%, respectivamente.
"En África hay tres veces más
móviles que grifos de agua
potable"
Fuente: La vanguardia españa
A pesar de que el Norte de África cuenta con un 90% de cobertura de agua potable, el África subsahariana presenta un alarmante 30% de cobertura con solo un crecimiento del 4% desde 1990. Esto supone un serio problema dada la amenaza para la salud pública asociada, ya que muchas de las personas que carecen de acceso a saneamiento básico llevan a cabo prácticas insalubres como la defecación al aire libre o el vertido directo de residuos sólidos o aguas residuales a los cursos de agua.
La diferencia entre el norte de África y África Subsahariana es abismal: esta segunda tiene un atraso significativo en relación a los países más desarrollados del continente, ubicados al norte. Uno de aspectos es el acceso al saneamiento hídrico, puesto que en la inmensa mayoría de los países africanos (especialmente en la zona subsahariana) los índices son muy bajos.
Mientras que el Norte del continente cuenta con un 90% de población con acceso al saneamiento hídrico, en la región subsahariana este índice cae al 30%, indica la ONU. Por países, las poblaciones más afectadas por la falta de acceso al agua potable son las de Madagascar y República Democrática del Congo (52%), Chad y Mozambique (51%), Angola (49%) y Guinea Ecuatorial (48%).
Son muchas las causas por las cuales el continente africano es en la actualidad el más pobre del mundo y en el cual todo es más precario. No obstante, existen unos motivos que son predominantes sobre el resto, y que paulatinamente ocasionan que en el continente la situación se agrave. Estas son los choques climáticos, la dependencia de productos básicos, la deuda externa, los conflictos y la inestabilidad política y las constantes epidemias que surgen al interior de África.
Los choques climáticos que más afectan a este continente son las altas sequías en la región del Sahel (Burkina Faso) y las graves inundaciones en el África Meridional. Esto tiene un alto impacto en la producción agrícola y alimentaria y pone en riesgo la salud nutricional de los africanos.
Este es uno de los factores por los cuales África tiene un atraso en materia económica, dado que los precios mundiales condicionan su mercado y estos a su vez una crisis. El continente no ha encontrado la manera de cambiar sus métodos de producción y dependen de lo esencial en cuanto a intercambios.
La capacidad productiva y hallar un estado de bienestar es casi un hecho utópico en tierras africanas. La terrible inestabilidad política evita que se encuentre un punto de reducción de la pobreza allí, y esta inestabilidad y los conflictos vienen inducidos desde la colonización del continente, puesto que esto afectó de manera directa la organización de las actuales naciones y esto ha posibilitado diferentes conflictos.
La poca productividad del continente también se ve reflejada en las epidemias: los más pobres son quienes más las sufren. Casos como los de la malaria, el ébola, el Sida y tantas otras que han afectado a esta población vulnerable y sin acceso a buenos centros hospitalarios ni a prevención de enfermedades.
La deuda externa es un factor que complejiza la inversión interna, dado que se estipula que en África la deuda externa supera al PIB en un 30 %, con lo cual se puede intuir que una buena proporción de los países del continente están endeudados y no pueden invertir en cuestiones como salud, educación, subsidios y otras ayudas para su gente.
La pandemia del coronavirus no ha sido el mayor problema de salud que ha afrontado África en el 2020. A raíz del surgimiento de este virus, muchas epidemias han tomado fuerza en el continente. Por ejemplo, la malaria, el sarampión, el ébola, y muchas otras enfermedades en todo este contexto podrían significar un atraso de casi veinte años.
Según la Organización Mundial de la Salud, en el 2018, el 85 % de los casos de Malaria en el mundo se presentaron en África Subsahariana e India. Los índices más preocupantes se presentaron en Nigeria (25 %), Congo (12 %), Uganda (5 %) y Costa de Marfil, Mozambique y Níger (4 %). Además, habría que sumarle el hecho de que el 94 % de los fallecidos por esta enfermedad se encuentran en el continente africano.
La comparación de las muertes maternas entre los países africanos y las naciones de otros continentes revela la poca esperanza de vida que hay para las mujeres en etapa de gestación en esta zona del mundo. Factores como la desnutrición, la mala alimentación, los esfuerzos físicos, la malformación del feto y la precariedad de los servicios médicos a la hora del parto son factores incidentes en esta elevada tasa.
Increíblemente, a pesar de las condiciones que tiene África, este continente no ha sido el más golpeado por la pandemia del coronavirus, puesto que el país con más casos (Sudáfrica) no figura entre los más damnificados por este virus a nivel mundial, y la tasa de muertes no ha sido tan elevada como en América, Asia e incluso Europa. Muchos afirman que esto se debe a causas como la resistencia que han creado los cuerpos de las poblaciones africanas frente a las epidemias, o que, debido al abandono, es difícil conocer las cifras totales de muertes y contagiados.