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Elecciones para Dummies capítulo 2: El debate por fuera y por dentro

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Seis candidatos, muchas ideas y cientos de aplausos. El debate presidencial que se cumplió en EAFIT llenó de emoción este martes de mayo el campus de la Universidad. Los aspirantes mostraron sus ideas y los asistentes sus gustos. Todo se desarrolló en un ambiente de respeto.

Tras una espera de mes y medio por su cancelación en febrero, por fin pudo realizarse el debate electoral con candidatos a la presidencia de la República. El día fue el martes 3 de mayo a las 10:00 a.m. en el Auditorio Fundadores de EAFIT. Incluso, a pesar de haber sido confirmado dos semanas antes, se tenía la incertidumbre sobre quiénes serían los candidatos presidenciales que asistirían a este llamado.

Apenas dos horas antes, el Auditorio ya tenía listas las sillas que ocuparían seis de los candidatos. ¿Quiénes serían, entonces, los dos que no harían presencia? Los nervios e intriga se hicieron presentes. Fueron dos horas largas. Dieron las 8:30 de la mañana y la fila comenzó a crecer en las afueras del lugar de encuentro. No se sabía todavía a quiénes iban a ver los estudiantes y la asistencia estaba completa.

10:00 de la mañana, ya el auditorio lleno y por fin se vieron las caras de quienes aceptaron estos Desafíos para el país –nombre del debate–. La presencia de Ingrid Betancourt, Sergio Fajardo, Enrique Gómez, Rodolfo Hernández, Luis Pérez y John Milton Rodríguez fue la que concentró la mitad de la atención de los espectadores, pues la otra mitad se la llevó la ausencia de los dos candidatos que no asistieron.

Federico Gutiérrez –quien declinó la invitación y continuó haciendo campaña por Bogotá– y Gustavo Petro –por su parte, nunca dio respuesta a la invitación– fueron los sinsabores principales del evento, pues son los candidatos que van puntuando en las encuestas nacionales.

A pesar de esto, la asistencia no se redujo y las 800 personas que cubrió el aforo se quedaron para participar en el debate activamente. Cantos para algunos candidatos, abucheos para otros, pero siempre de forma respetuosa, sin enfrentamientos por preferencias políticas.

Con la participación de estudiantes universitarios en algunas de las preguntas, los candidatos se enfrentaron a temas de agenda como educación, salud, economía, seguridad y paz, medio ambiente y cultura e inclusión. En algunos de estos puntos se presenciaron favoritismos por parte del público, lo que no fue obstáculo para que cada uno de ellos se llevara sus aplausos masivos.

Además de las respuestas frecuentes de cada debate, se presenciaron novedades en el panorama preelectoral. La candidata Ingrid Betancourt, ante la pregunta de si todos llegarían a primera vuelta, se le acercó a Fajardo diciendo que “tenemos que unir al centro, por eso no todos podemos llegar a ese punto”. Sin embargo, el candidato por Centro Esperanza no hizo comentario alguno a este ofrecimiento, tal vez no olvidando las declaraciones de la candidata frente a su coalición, de la cual se retiró por diferencias de principios.

Y aunque en el ambiente de discusión faltó precisamente eso, no todo fue tan amistoso. Por lo menos no con el público, pues en la mitad del debate el candidato independiente Rodolfo Hernández se retiró porque “lo dejaba el avión”. Fajardo también dejó el escenario antes de tiempo por otros compromisos de campaña. Esto fue objeto de puyas posteriormente por los candidatos que mantuvieron su presencia en el debate.

Podría calificarse de exitoso o de falto de más emoción, pero logró estar a la altura de las exigencias de los estudiantes de la Universidad. El que no fueran los dos punteros no fue impedimento para que este espacio académico dejara mensajes claros a la ciudadanía. Incluso, quizás, fue más liberador de tanta polarización que nos dejan siempre las campañas presidenciales.

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