La travesía bélica de la fragata almitante Padilla
En las calles históricas de Cartagena, los fervientes rayos de sol iluminan los lugares más recónditos de la ciudad y emiten una sensación térmica propia de las cercanías al mar caribe, donde el viento revolotea suavemente, formando olas fantásticas en tonos celestiales que terminan en una especie de espuma blanca, parecida a la que salió de los genitales de Urano y dio vida a la diosa Afrodita
Así es Cartagena, entre sus murallas guarda gran parte de la historia del país, fue utilizada como un puerto de desembarco de esclavos provenientes de África, por esto, es uno de los departamentos de Colombia con mayor población afrodescendiente, allí se conserva parte de la cultura y la tradición oral de la época de la conquista, la colonia y la independencia. Además de ser un sitio turístico, Cartagena, conserva un legado marítimo procedente del Almirante José Prudencio Padilla, en su honor, fue bautizada la escuela naval de cadetes Almirante Padilla ubicada en la ciudad amurallada y la fragata Almirante Padilla F-11, un buque de guerra celebre por haber participado en la guerra de Corea en los inicios de la década de 1950.
El Almirante Padilla
Al hablar del Almirante Padilla, es necesario remontarse a la historia del más insigne héroe naval colombiano, José Prudencio, un marino de ascendencia parda nacido en Riohacha, participó activamente en la guerra de independencia, logrando comandar varias batallas, entre las que se destaca, la batalla naval del Lago Maracaibo, la cual definió la independencia venezolana y neogranadina; sin embargo, a pesar de sus glorias, Padilla no era del agrado de los criollos, su color de piel desvelaba genes de negro, blanco y amerindio, situación que lo excluía constantemente de ocupar ciertos cargos o de ser tenido en cuenta por la élite cartagenera.
Aunque sus acciones no fueron retribuidas como se debía, Padilla ganó popularidad en el pueblo cartagenero e incluso más allá, llegando a ser senador de la Gran Colombia en 1822. Sus ideales de igualdad para todas las razas, no eran compartidos por los criollos, por esto, Padilla fue acusado de conspiración en contra de Simón Bolívar y fusilado en la ciudad de Bogotá el dos de octubre de 1828. El almirante, fue un ejemplo para el pueblo cartagenero, pues nunca un hombre de origen pardo había ascendido tanto como él, su valentía y legado naval continúan en el imaginario colectivo de los cartageneros y de quienes logran conocer su historia, y por su puesto de los estudiantes de la escuela que lleva su nombre.
El almirante Padilla es una insignia de los marinos y de aquellos que persiguen la igualdad. En países como Venezuela y Perú también se ha rendido tributo a su nombre; pero en Colombia, es donde, se han bautizado al menos tres buques con el rango y apellido de José Prudencio. Incluso, su puesto fue tan respetado que hasta 1970 no había otro almirante en el país sino el célebre Padilla.
El primer buque fragata[1] bautizado Almirante Padilla provino de la armada de Estados Unidos, una fragata de clase Tacoma (patrulleras que prestaron servicio en la marina durante la segunda guerra mundial, se distinguen por su mástil y armamento) denominado Groton PF-29. Su nombre se deriva de un Pueblo en el estado de Connecticut. De 1944 a 1947, sirvió para guiar el tráfico fluvial y adelantar tareas meteorológicas. Fue en 1947, cuando el Groton Pf-29 fue vendido a la armada colombiana, convirtiéndose en el ARC Almirante Padilla (FG-11).
En Colombia, el buque fragata almirante Padilla cumpliría otras tareas, ya no era solo un barco patrullero desechado por la marina estadounidense. En Cartagena, adquirió otro valor, un centro de enseñanza marítimo, un buque escuela destinado a la formación de cadetes, para esto sus instalaciones fueron adecuadas. Las paradojas de la vida trajeron el buque hacia un país que requería de un espacio para la enseñanza, así como el valor de la fragata adquirió significado después de haber sido sacado de circulación por Estados Unidos, la vida de José Prudencio fue reivindicada después de su muerte.
[1]Buque de guerra para misiones de patrulla y escolta dotado con armas antisubmarinas, antiaéreas y de superficie. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. <https://dle.rae.es>
La guerra de Corea
Muchos se preguntarán: ¿Cómo un buque escuela colombiano terminó en la guerra de corea? Miles de kilómetros separan a Cartagena de Corea; pero en todas las guerras existen aliados, en ambos bandos. La travesía bélica del “Almirante Padilla” empezó en 1950 con el ataque de Corea del Norte contra Corea del Sur.
Un tiempo antes, al terminar la segunda guerra mundial Corea fue dividida en dos, la frontera fue trazada a través del paralelo 38, no se tuvo en cuenta aspectos geográficos. Corea del Sur quedó a cargo de Estados Unidos mientras que Corea del Norte estuvo bajo la vigilancia de la Unión Soviética. La fragmentación de Corea tuvo lugar por la ocupación de la unión soviética en la parte norte, teniendo en cuenta que el territorio coreano fue una colonia del imperio japonés desde principios del siglo XX. Al observar la situación, Estados Unidos ocupó el Sur de Corea, evitando la expansión de los soviéticos.
En 1950, Corea del Sur atravesaba una crisis supeditada por acusaciones de dictador hacia el presidente, el triunfo de la revolución comunista en China repercutió en el ambiente hostil del continente asiático y los ánimos se caldeaban entre los sectores comunistas surcoreanos y el gobierno, con su forma de repeler los ataques. A raíz de esta situación social y política, Corea del sur se convirtió en un blanco fácil para los norcoreanos, quienes penetraron el paralelo 38 avanzando hacia el sur el 25 de junio de 1950.
La idea de Corea del Norte era clara, aprovechar la inestabilidad del estado surcoreano para conseguir una victoria rápida y contundente; no obstante, las fuerzas norcoreanas no contaban con la respuesta inmediata del gobierno estadounidense. El entonces presidente norteamericano Harry Truman, convocó un consejo de seguridad de la ONU para tratar la situación, valiéndose de los planes expansionistas del comunismo, Estados Unidos logró en poco tiempo, el apoyo de la ONU. Así que los estadounidenses comandaron un ejército con el objetivo de repeler los ataques de Corea del Norte, allí entra la participación colombiana.
Dos días después del ataque norcoreano, la ONU promulgó una petición de ayuda que fue respondida por varios países. El presidente de Colombia, Laureano Gómez, ofreció ayuda naval a las fuerzas desplegadas por la ONU el 30 de junio de 1950. Si bien en ese momento no existía un batallón de infantería, mediante el decreto 3927 de 1950 fue creado el Batallón Colombia.
El buque escuela ARC Almirante Padilla, cambió sus funciones, tenía una misión en el continente asiático, para cumplirla, fue enviado desde la gloriosa Cartagena de Indias hacia la base naval de San Diego en el estado de California, bajo las órdenes del capitán de Corbeta Julio Cesar Reyes Canal, estando allí el “Almirante Padilla” fue reparado y adecuado para la guerra mientras que su tripulación recibió un arduo entrenamiento.
La fragata Almirante Padilla marcó un hito en la historia nacional, además de ser la primera ayuda naval enviada desde Iberoamérica, contribuyó al cambio de doctrina del ejército nacional. Hoy en día, Cartagena, guarda recuerdos inolvidables de José Prudencio y de aquel buque que llevó su nombre. La guerra de Corea fue una de las más sangrientas, cobrando una gran cantidad de vidas, entre ellas, las de varios patriotas que perecieron lejos de su hogar, como lo hizo José Prudencio al morir en Bogotá. Desde 1993, existe otro “Almirante Padilla”, navega por las aguas cartageneras y lleva consigo los sueños de muchos cadetes que aspiran a tener el honor de ser nombrados: “Almirante”.